Qart Hadasht/Carthago Nova.
Ave.
© Künker (subasta 182, lote 27)
Qart Hadasht. Calco o unidad AE, 218-209 aC. 11.46g. ACIP
609.
Anv/ Cabeza masculina a i.
Rev/ Caballo parado a d. con palmera detrás.
Aníbal. Museo Arqueológico Nacional, Nápoles. © Phaidon
Verlag
Escipión. Museo Arqueológico Nacional, Nápoles. © M.
Hermoso Cuesta
Monedas griegas, púnicas e ibéricas. ARQVA, Cartagena. © R.
Benzal Martínez
Cartagena en la actualidad vista desde la entrada al
puerto. La colina visible en el centro es la conocida en la antigüedad como de
Asklepios, la de la derecha la de Ares. © R. Benzal Martínez
Maqueta puerto romano. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal
Martínez
Monedas con iconografía naval. ARQVA, Cartagena. © R.
Benzal Martínez
Plano de Carthago Nova en el s.I dC. © Museo Arqueológico
Municipal de Cartagena
Rendición en 3D de Carthago Nova en época romana.
Edificio del Atrio. © Cartagena Puerto de Culturas
Detalle peristilo Termas. © Cartagena Puerto de Culturas
Calzada frente a la Casa de la Fortuna. © R. Benzal
Martínez
Detalle pinturas en la Casa de la Fortuna. © Cartagena
Puerto de Culturas
Detalle del pórtico del Augusteum. © R. Benzal Martínez
Pórtico de ingreso y aula central del Augusteum. © R.
Benzal Martínez
Detalle de la decoración del Augusteum. © R. Benzal
Martínez
Estatua Herma del Augusteum. © R. Benzal Martínez
Maqueta reconstrucción del Teatro Romano. © R. Benzal
Martínez
Maqueta reconstrucción del Teatro Romano. © R. Benzal
Martínez
Dedicatoria a Cayo César. Museo del Teatro Romano,
Cartagena. © R. Benzal Martínez
Altares dedicados a la Tríada Capitolina. Museo del Teatro
Romano, Cartagena. © R. Benzal Martínez
Detalle del altar de Júpiter. Museo del Teatro Romano,
Cartagena. © R. Benzal Martínez
Detalle del altar de Minerva. Museo del Teatro Romano,
Cartagena. © R. Benzal Martínez
Objetos de vidrio encontrados en las excavaciones del
Teatro Romano. Museo del Teatro Romano, Cartagena. © R. Benzal Martínez
El yacimiento del teatro permaneció oculto durante siglos,
y solo en los años 90, durante unas obras, se pudo localizar, aunque se tardó
un par de años en descubrir que se trataba del teatro. La ciudad había crecido
ininterrumpidamente sobre el mismo, en un lugar que había estado siempre
habitado de época antigua. Se puede ver que la Catedral Vieja, de origen
medieval, se edificó sobre parte del
mismo.
Vista del Teatro Romano y la Catedral Vieja. © R. Benzal
Martínez
Detalle de la reconstrucción parcial del escenario. © R.
Benzal Martínez
Vista del graderío. © R. Benzal Martínez
Columnas reutilizadas en época antigua. © R. Benzal
Martínez
Entrada al ARQVA. Cartagena. © R. Benzal Martínez
Área expositiva fenicia. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal
Martínez
Epígrafe romano altoimperial. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal
Martínez
Monedas republicanas. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal
Martínez
Monedas imperiales. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal Martínez
© Dvca
© Dvca
Denario Aemilia. Roma, 63 aC. 3.78g. Anv. Concordia, rev.
Aemilius Paullus con trofeo y cautivos. RRC 415/1. Colección VENVS. © R. Benzal
Martínez
© Dvca
© Dvca
© Dvca
© R. Benzal Martínez. Colección VENVS.
Denario Vibia. Roma, 42 aC. 3.99g. Anv. Minerva, rev.
Hércules. RRC 494/38. © Hess Divo (subasta 314, lote 1485)
Denario Considia. Roma, 46 aC. 3.94g. Anv. Minerva, rev.
Victoria en cuadriga. RRC 465/5. © British Museum
© Dvca
Denario Plaetoria. Roma, 67 aC. 3.97g. Anv. Busto con los
atributos de Minerva, Apolo, Isis , Diana y Victoria, rev. águila sobre rayos.
RRC 409/1. NAC 73, lote 138. © NAC
Denario Cassia. Roma, 55 aC. 3.94g. Anv. Genio del Pueblo
Romano, rev. águila sobre rayos con lituus y jarra. RRC 428/3. Colección VENVS. ©
R. Benzal Martínez
© Dvca
© Dvca
© Martí Hervera & Soler y Llach (subasta 60, lote 2151)
Denario Marco Antonio. Patrás, 32-31 aC. 3.42g. Anv.
Galera, rev. águila legionaria entre estandartes. RRC 544/26. Colección VENVS ©
R. Benzal Martínez
© Dvca
© Martí Hervera & Soler y Llach (subasta 60, lote 2150)
© Dvca
© Martí Hervera & Soler y Llach (subasta 67, lote 2147)
Denario Marco Antonio. Cirenaica, 31 aC. 3.78g. Anv. Júpiter
Ammón, rev. Victoria a d. RRC 546/2a. Rauch 79, lote 2290. © H.D. Rauch
© Dvca
© Dvca
© R. Benzal Martínez. Colección VENVS
Denario Augusto. Emerita, 25-23 aC. 3.86g. Anv. Augusto,
rev. trofeo sobre escudos. RIC I/4b. The
New York Sale 4, lote 339. © The New York Sale
© Dvca
© Dvca
© R. Benzal Martínez. Colección VENVS
Denario Julio César. Roma, 49 aC. 3.64g. Anv. Elefante y
serpiente, rev. símbolos pontificales. RRC 443/1. Roma Numismatics 7, lote 957.
© Roma Numismatics
© Martí Hervera & Soler y Llach (subasta 67, lote 51)
© Martí Hervera & Soler y Llach (subasta 66, lote 2184)
© Dvca
© Martí Hervera & Soler y Llach (subasta 59, lote 2093)
© R. Benzal Martínez. Colección VENVS
© Dvca
© Dvca
© Dvca
© Dvca
© The New York Sale (subasta XI,
lote 187)
© Martí Hervera & Soler y Llach (subasta 67, lote 2157)
© Gorny & Mosch (subasta 215, lote 92)
© R. Benzal Martínez. Colección VENVS
©
Aprovechando
que se está celebrando el XXV aniversario de las Fiestas de Cartagineses y Romanos en Cartagena, he querido dedicar esta entrada del blog a los restos
arqueológicos y al numerario de la ciudad.
Cartagena
es una ciudad del sureste de España, perteneciente a la Comunidad Autónoma de
la Región de Murcia.
Localización de Cartagena en España. © HansenBCN
El
primer asentamiento en la zona se supone ibérico o tartésico, y ha sido
identificado tradicionalmente como Mastia tras el estudio de fuentes clásicas (primero
Avieno y después Polibio cuando habla de la Mastia de los Tartesos) por el
alemán Adolf Schulten, aunque no hay pruebas definitivas y otros autores la han
situado en algún punto del sur español entre Mazarrón y Cádiz.
Tras la
I Guerra Púnica (264-241 aC) los cartagineses sufren serias pérdidas
territoriales en el Mediterráneo a favor de los romanos, por lo que el general
cartaginés Amílcar Barca con su yerno Asdrúbal buscan nuevos territorios, desembarcando
en Gadir (Cádiz) en 237 aC con un objetivo doble: por una parte la conquista de
la península ibérica para obtener riquezas con que pagar el fuerte tributo de
guerra, y por otra crear una base poderosa donde reclutar mercenarios para
luchar de nuevo contra Roma. Se centraron en el sur de España, que conquistan
rápidamente. En 227 aC el mismo Asdrúbal funda la ciudad de Qart Hadasht (Nueva
Ciudad) sobre el asentamiento comentado arriba. La zona tenía una gran
importancia debido a la gran cantidad de minas de plomo, plata y cinc.
Monumento a Asdrúbal en el Parque Torres, situado en
el monte de la Concepción, anteriormente conocido como de Asklepios o Esculapio.
© R. Benzal Martínez
La
mejor descripción de la ciudad púnica nos viene del historiador griego Polibio
de Megalópolis:
Yace Carthago Nova a la mitad de la costa de Hispania, opuesta al
viento de África, en un golfo que, introduciéndose tierra adentro por espacio
de veinte estadios, sólo tiene diez de anchura a la entrada; causa porque todo
él forma la figura de un puerto. En la embocadura misma se halla una isla, que
por uno y otro lado franquea sólo un pasaje estrecho para la entrada. En esta
isla vienen a estrellarse las olas del mar, de que proviene que todo el golfo
está siempre tranquilo, a menos que soplen por una y otra boca los vientos de
África y alteren las olas. Con todos los demás vientos el puerto está siempre en
calma, por estar rodeado del continente. Desde el fondo del golfo se va
elevando una montaña a manera de península, sobre la cual está fundada la
ciudad, rodeada al Oriente y Mediodía por el mar, y al Occidente por un estero
que aún toca algún tanto con el Septentrión; de suerte que el restante espacio
que existe desde el estero al mar, y une la ciudad con el continente, no tiene
más que dos estadios.
Puerto de Cartagena en la actualidad, desde el monte
de la Concepción (monte de Esculapio). © R. Benzal Martínez
El centro de la ciudad está en hondo. Por el
lado de Mediodía tiene una entrada llana viniendo del mar; pero por las partes
restantes está rodeada de colinas, dos altas y escabrosas, y otras tres mucho
más bajas, bien que están llenas de cavernas y malos pasos. De estas, la mayor
está al Oriente, se extiende hasta el mar, y sobre ella se ve el templo de Esculapio.
Hacia el Occidente le corresponde otra de igual situación, sobre la cual está
erigido un magnífico palacio, obra, según dicen, de Asdrúbal cuando afectaba la
monarquía. Las otras colinas menos altas circundan la ciudad por el
Septentrión. De las tres, la que mira al Oriente se llama la colina de Vulcano;
la contigua a ésta se llama de Aletes, quien por haber hallado las minas de
plata, según dicen, alcanzó los honores divinos; y la tercera tiene el nombre
de Saturno. El estero inmediato al mar se comunica con éste por medio de una
obra que se ha hecho para comodidad de las gentes de mar; y sobre la lengua de
tierra que separa al uno del otro, se ha construido un puente para transportar
por él en bestias y carros lo necesario desde la campiña. El circuito de la
ciudad no tenía antiguamente más que veinte estadios. No ignoro que muchos le
dan hasta cuarenta, pero se engañan. Pues nosotros no hablamos de oídas, sino
que la hemos examinado atentamente con nuestros propios ojos.
Mapa físico de Qart Hadasht en época púnica. ©
galeon.com
Las
murallas de la capital púnica en la península eran muy sólidas, con un sistema
de fortificación helenístico de tipo acasamatado, compuesto por dos muros
paralelos de unos 10 metros de altura. Se organizaba en 3 alturas, dos primeras
de casamatas y una última que correspondería al paseo de ronda. Para su
construcción se emplearon bloques de arenisca local en el paramento exterior y
arenisca y adobe para el paramento interior. Todo iría enlucido con estuco
blanco para protegerla de las inclemencias pero al mismo tiempo para darle una
apariencia vistosa. Entre ambos muros se disponían las casamatas o estancias
interiores que eran usadas como establos y también para alojar a los soldados que
custodiaban la muralla.
Detalle muralla púnica de Cartagena. © R. Benzal
Martínez
Además
del emplazamiento privilegiado, Qart Hadasht está muy próxima a la antigua
Portus Magnus (la actual pedanía de Portmán en el término de La Unión), donde
los púnicos extraían ingentes cantidades de plata de sus minas, vital para los
esfuerzos de guerra y con la que los Bárcidas acuñaron su propia moneda, cuyas
denominaciones de gran módulo en plata son de las más bellas de toda las
historia monetaria de España.
Las
emisiones presentan valores de trishekel, dishekel, y shekel, este último con
un peso de 7.2g, además de medio y cuarto de shekel. En cuanto al bronce, el
peso medio se sitúa en la mayoría de emisiones entre los 8 y 10g de peso,
presentando valores de unidad, mitad y cuarto.
En
cuanto a correspondencias, no está clara la relación entre el oro y la plata.
Recopilando los datos de varios autores podemos inferir que la estátera de oro
tenía un valor de entre 8 y 12 shekels (o siclos) de plata, mientras que en la
relación entre plata y bronce al shekel se le supone un valor de 100 calcos (o
unidades) de bronce.
Sobre
la tipología de anverso figuran bellos retratos helenísticos, sobre lo que hay
corrientes de opinión de la segunda mitad del s.XIX hasta mediados del s.XX,
que consideran que las efigies representan retratos de los Bárcidas, llegando a
ver el de Escipión una vez efectuada la toma de la ciudad. En realidad, y
siguiendo a Vives y Villaronga, lo más probable es que representaran efigies de
divinidades cartaginesas, como Melqart-Heracles, patrón de la familia Barca y
muy arraigado en Iberia con anterioridad a la llegada de los cartagineses. En
la moneda fraccionaria aparece a menudo la diosa Tanit.
Qart Hadasht. ¼ shekel. Después de 221 aC. 1.85g. Anv.
Melqart, rev. elefante. ACIP 555. NAC 39, lote 1. © NAC
Qart Hadasht. Unidad AE. 220-215 aC. Anv. Tanit,
rev. cabeza caballo con letra yod. ACIP 580. Hirsch 275, lote 3004. © Hirsch
La
tipología de reverso es más variada:
Proa de
nave de guerra con rostra y adornada
en la parte anterior con un motivo decorativo en forma de ojo, simbolizando la
visión de la nave en su navegar continuo.
Ojo decorativo de embarcación fenicia. ARQVA,
Cartagena. © R. Benzal Martínez
Hispano-cartaginesa. Shekel. 235-220 aC. 7.3g. Anv. Cabeza masculina, rev. proa de nave. ACIP
543. Cayón enero 2011, lote 2001. © Cayón
Elefante,
apareciendo en las emisiones argénteas de mejor estilo, simbolizando la fuerza
del poder cartaginés, al ser utilizados por los mismos en batalla.
Qart Hadasht.
Dishekel. 221-208 aC. 14.7g. Anv. Melqart, rev. elefante con guía. ACIP
552. Ira & Larry
Goldberg 72, lote 4032. © Goldberg
Caballo,
probablemente adaptado como emblema nacional y copiado de sus acuñaciones
siracusanas.
Sículo-púnica. Entella. Tetradracma, ca.350-320/15
aC. 17.16g. Anv. Aretusa, rev. caballo y
palmera. Jenkins 101 (O35/R92). Heritage 3033, lote 23010 © Heritage
Se cree
que su utilización estaba relacionada con la fundación de Cartago, cuando los
exiliados de Tiro encontraron una cabeza de caballo enterrada. En las monedas
hispano-cartaginesas aparecen en cuatro posiciones: parado, parado con la
cabeza vuelta, saltando (con o sin estrella), y solo la cabeza.
Hispano-cartaginesa. Trishekel, desp. 228 aC. 22.29g.
Anv. Ashmun-Apolo, rev. caballo. ACIP 556. Freeman & Sear, Manhattan Sale
I, lote 35. © Freeman & Sear
Palmera,
relacionando otra vez las emisiones hispano-cartaginesas con las
sículo-púnicas, y teniendo de nuevo relación con la fundación de la metrópoli,
ya que en la mitología local el hallazgo de la cabeza de caballo comentado
arriba se realizó al pie de una palmera.
Qart Hadasht. Unidad AE. 237-209 aC. 5.87g. Anv. Marte
a d., rev. palmera. ACIP 581. iNumis 14, lote 3. © iNumis
Casco
de tipo corintio, con cimera y orejeras, apareciendo en pequeños divisores de
bronce.
Qart Hadasht. ¼ ud. AE. 221-18 aC. 1.52g. Anv. Tanit, rev. casco corintio. ACIP
583. Colección VENVS. © R. Benzal Martínez
La metrología de las acuñaciones empezó con el
llamado patrón ibérico, así llamado por Guadán ya que este se repetía en
emisiones de varias poblaciones hispanas. Con un peso medio de 4.45g estaba
cercano a la dracma ática de 4.37g.
Qart Hadasht.
Shekel. 4.50g (3), 4.39g (4). Anv. Tanit, rev. caballo parado con
cabeza vuelta. ACIP 539. © Villaronga
Pronto
el patrón cambió y se mantuvo estable hasta el final de las emisiones
hispano-cartaginesas, estableciendo el llamado patrón fenicio, con un shekel de
7.20g de peso.
No
tenemos datos concluyentes para atribuir las acuñaciones hispano-cartaginesas a
zonas concretas; sin embargo, la dispersión de los hallazgos y tesorillos nos
aproxima a las zonas de circulación de estas monedas y quizás a su posible
lugar de acuñación, si bien la mayoría se debieron fabricar en campaña por
talleres móviles según las necesidades de numerario en cada momento.
Villaronga
clasifica las emisiones hispano-cartaginesas en doce clases, asignando la VII,
VIII y XI a la ceca de Qart Hadasht, fechándolas mayoritariamente tras alcanzar
Aníbal el poder en 221 aC.
Clase
VII. En plata,
presenta en anverso a la diosa Tanit, y en reverso un caballo saltando con
estrella en campo. Esta emisión se acuñó cuando ya se había iniciado la
penetración cartaginesa en la Meseta Central en tiempos de Asdrúbal, a partir
de 221 aC, demostrando que los conquistadores ya se habían asentado en el país
con recursos propios, sin depender de la metrópoli.
© Numismatik Lanz (subasta 97, lote 377)
Qart
Hadasht. Shekel, 220-215 aC. 7.36g. ACIP 565.
Anv/ Cabeza
de Tanit a i.
Rev/ Caballo
saltando a d., con estrella en campo.
Clase
VIII. También
en plata, presenta en anverso a Tanit y en reverso caballo con la cabeza
vuelta.
© Villaronga
Qart
Hadasht. Shekel, desp. 221 aC. 7.08g (89), 7.17g (90). ACIP 575.
Anv/ Cabeza
de Tanit a i.
Rev/ Caballo
parado a d. con cabeza vuelta a i., y palmera detrás.
Las
emisiones de bronce de la misma clase repiten el anverso de las de plata,
mientras que el reverso presenta una cabeza de caballo. Estas acuñaciones
corresponden al periodo de Aníbal, en que tiene lugar la máxima expansión del
poderío cartaginés en Hispania, y lo situamos poco después de 221 aC.
© Raimundo Benzal Martínez. Colección VENVS
Qart
Hadasht. Unidad AE, 220-215 aC. 10.35g. ACIP 580.
Anv/ Cabeza
de Tanit a i.
Rev/ Cabeza
caballo a d., debajo letra púnica aleph.
Clase
XI. Es la más
común tanto en plata como en bronce, presentando en anverso una cabeza
masculina y en reverso un caballo parado con palmera detrás. Estas son
acuñaciones de los generales de Aníbal, del periodo 218-209 aC.
© NAC (subasta 64, lote 610)
Qart
Hadasht. Shekel, 218-209 aC. 6.16g. ACIP 603.
Anv/ Cabeza
masculina a i.
Rev/ Caballo
parado a d. con palmera detrás.
El
volumen de emisiones en esta clase se atribuye a las vicisitudes de la campaña
y a los distintos generales cartagineses que con sus ejércitos tendrían
necesidad de una ingente cantidad de moneda.
© Künker (subasta 182, lote 27)
Qart Hadasht. Calco o unidad AE, 218-209 aC. 11.46g. ACIP
609.
Anv/ Cabeza masculina a i.
Rev/ Caballo parado a d. con palmera detrás.
En el
marco de la II Guerra Púnica (218-201 aC) Qart Hadasht es centro de dos
acontecimientos principales de la misma: fue el sitio de partida de Aníbal en
su ruta hacia Italia, conocida por su ejército de elefantes cruzando los Alpes, y
enlazando victoria tras victoria en suelo itálico contra los romanos; y
posteriormente la toma de la ciudad en 209 aC por parte del general romano
Publio Cornelio Escipión “el Africano” (236-183 aC), tras un largo sitio,
rebautizándola como Carthago Nova y quedando enmarcada administrativamente en
la provincia de Hispania Citerior.
Aníbal. Museo Arqueológico Nacional, Nápoles. © Phaidon
Verlag
Polibio
nos relata la batalla entre cartagineses y romanos por la ciudad:
Una vez que hubo ordenado en secreto a C.
Lelio, comandante de la escuadra y el único que sabía su propósito, que
dirigiese el rumbo hacia Carthago Nova, él, a la cabeza de sus tropas de
tierra, compuestas de veinticinco mil infantes y dos mil quinientos caballos,
se puso en mancha a largas jornadas. A los siete días de camino llegó a la
ciudad y acampó al lado del Septentrión. Por detrás del campamento hizo tirar
dos fosos y dos trincheras de mar a mar, y por delante, mirando a la ciudad, lo
dejó sin defensa, porque la misma naturaleza del terreno le ponía bastante a
cubierto de todo insulto.
Escipión. Museo Arqueológico Nacional, Nápoles. © M.
Hermoso Cuesta
Una vez que llegó la escuadra al tiempo
oportuno, Escipión reunió sus tropas y empezó a animarlas, valiéndose para esto
no de otras razones que las que a él mismo le habían persuadido. Después de
haberles hecho ver que la empresa era posible, y haberles mostrado en pocas
palabras los perjuicios que se seguirían de su buen éxito a los cartagineses y
ventajas a los romanos, prometió coronas de oro a los que primero montasen el
muro, ofreció los premios acostumbrados a los que se distinguiesen, y, por
último, dijo que Neptuno se le había aparecido en sueños desde el principio, le
había inspirado este pensamiento y le había ofrecido que le asistiría tan visiblemente
en lo crítico del lance, que todo el ejército conocería los efectos de su
presencia. Las razones que expuso en la arenga, las sólidas reflexiones con que
las mezcló, las promesas de las coronas de oro, y sobre todo la providencia del
dios, inspiraron en los soldados un extraordinario ardor y alegría.
Monedas griegas, púnicas e ibéricas. ARQVA, Cartagena. © R.
Benzal Martínez
Al día siguiente, después de provista la
escuadra de todo género de tiros, dio orden a Lelio, que la mandaba, para que
bloquease la ciudad por el lado del mar. Él por tierra, elegidos dos mil
hombres, los más esforzados, para que apoyasen a los que llevaban las escalas,
emprendió el asedio a la tercera hora del día. Magón, gobernador que era de la
ciudad, dividió los mil hombres que tenía, dejó la mitad en la ciudadela, y
apostó el resto en la colina que está al Oriente. Dos mil ciudadanos, los más
robustos, a quienes proveyó de las armas que había en la plaza, fueron situados
en la puerta que conducía por el istmo al campo enemigo. Los restantes tuvieron
orden de acudir como pudiesen a cualquier parte del muro que fuese necesario.
Lo mismo fue dar Escipión la señal con las trompetas para el ataque, que sacar
Magón los dos mil hombres que guardaban la puerta, persuadido a que aterraría
al contrario y frustraría del todo su propósito. Estas tropas dieron con valor
sobre los romanos, que estaban formados en batalla sobre el istmo. Se trabó un
atroz combate y una terca emulación por ambas partes, animando tanto los del
campo como los de la ciudad cada uno a los suyos. Pero los refuerzos que
acudían no obraban igual efecto. Los de los cartagineses no podían salir sino
por una puerta, y tenían que andar casi dos estadios hasta el campo de batalla;
por el contrario, los de los romanos estaban a la mano y podían venir por
muchas partes, lo que hacía desigual el combate. Escipión de propósito había
formado los suyos al pie del mismo campo, a fin de atraer al enemigo a la mayor
distancia. Estaba bien seguro que una vez deshechos estos que eran como la flor
de los ciudadanos, se llenaría de confusión toda la ciudad y ninguno de los
sitiados se atrevería a salir por la puerta. Sin embargo, como por una y otra
parte peleaban tropas escogidas, estuvo por un rato neutral la batalla; pero
finalmente, rechazados los cartagineses con los poderosos refuerzos que acudían
desde el campo, tuvieron que volver la espalda. Muchos murieron en el campo de
batalla y en la retirada, pero los más se atropellaron unos a otros a la
entrada de la puerta. Este accidente consternó tanto a todo el vecindario, que
aun los que guarnecían la muralla desampararon sus puestos, y poco faltó para
que los romanos no entrasen en tropel con los que huían, aunque aseguraron al
muro las escalas sin peligro.
Cartagena en la actualidad vista desde la entrada al
puerto. La colina visible en el centro es la conocida en la antigüedad como de
Asklepios, la de la derecha la de Ares. © R. Benzal Martínez
Escipión estuvo presente en el combate, pero
con el resguardo posible de su persona. Llevaba consigo tres soldados armados,
los cuales cubriéndole y defendiéndole con sus broqueles de los tiros que
venían del muro, procuraban su seguridad. Así unas veces dejándose ver en los
costados, otra sobre los lugares eminentes, contribuía infinito al buen éxito
del combate. Porque al paso que veía lo que sucedía, y era visto de todos,
inspiraba ardor en los combatientes. De aquí provenía que nada era omitido de
cuanto podía conducir para el caso; por el contrario, lo mismo era presentar la
ocasión algún proyecto, que al momento era efectuado como convenía. Los
primeros que intentaron con osadía subir por las escalas, no tuvieron que
sufrir tanto de la multitud de defensores al aproximarse, como de la altura de
los muros. Los que coronaban las murallas conocieron bien la incomodidad que
ésta causaba a los romanos, y eso mismo les infundió más aliento.
Efectivamente, como las escalas eran altas y subían muchos a un tiempo, algunas
se hacían pedazos. En otras sucedía que después de estar arriba los primeros,
la misma elevación les hacía perder la vista, y si a esto se añadía el más leve
impulso de los defensores, venían rodando por la escalera abajo. Si se arrojaba
por las almenas alguna viga o cosa semejante, entonces todos a un tiempo eran
derribados y estrellados contra el suelo. A pesar de estos obstáculos, nada era
bastante a contener el ímpetu y vigor de los romanos; al contrario, derribados
los primeros, subían a ocupar su lugar los inmediatos; hasta que ya entrado el
día, y fatigada la tropa con el trabajo, el general mandó tocar a retirada.
Mapa batalla de Qart Hadasht. © galeon.com
Con esto los sitiados se alegraron muchísimo,
creyendo que ya habían alejado el peligro. Pero Escipión, que ya estaba
aguardando el tiempo del reflujo, tenía dispuestos quinientos hombres con
escalas por el lado del estero. En la puerta de tierra y frente del istmo había
puesto tropas de refresco, y después de exhortadas les había dado más escalas
que antes, para que a un tiempo se montase el muro por todas partes. Lo mismo
fue darse la señal de acometer, y aplicarse al muro las escalas para subir con
intrepidez por todas partes, que todo fue confusión y alboroto dentro de la ciudad.
Ya se creían libres del infortunio, cuando he aquí nuevo peligro y nuevo
ataque, que junto con la falta de tiros y el desaliento que les causaba tanto
número de muertos, les puso en un gran conflicto, bien que se defendieron lo
mejor que pudieron. En lo recio del combate de la escalada llegó el reflujo.
Las aguas fueron dejando en seco poco a poco las orillas del estero, pero
congregadas en la boca salían con ímpetu al mar contiguo, de suerte que los que
ignoraban la causa, tenían por increíble este fenómeno. Escipión entonces, que
ya tenía dispuestas las guías, ordena entrar por la laguna sin recelo a los que
ya estaban prevenidos para esta acción. Entre otras dotes, no parece sino que
la naturaleza la había criado especialmente para inspirar ardor e impresionar
de los mismos afectos a los que exhortaba. La tropa obedece, se pone en marcha
con emulación por el pantano, y se persuade que esto es efecto de alguna
providencia divina. Efectivamente, acordándose de lo que Escipión les había
dicho en la arenga de Neptuno y de su asistencia, se inflamó tanto su espíritu,
que hecha la testudo, arremeten contra la puerta, e intentan por fuera hacerla
pedazos con hachas y azuelas. Los que iban andando por el pantano, como
hallaron desiertas las almenas, no sólo aplicaron las escalas sin peligro, sino
que subieron y se apoderaron del muro sin sacar la espada. Estaban tan ocupados
los sitiados en la conservación de otros puestos, particularmente del istmo y
de la puerta contigua; era tan inesperado el caso de que el enemigo se acercase
a la muralla por el lado del estero; y sobre todo, era tan excesivo el griterío
y confuso tropel del populacho, que ni entender ni ver podían lo que pedía la
urgencia.
Apoderados del muro los romanos, sin dilación
discurrieron por todas partes a fin de llamar la atención del contrario, para
lo cual les sirvió muchísimo su modo de armarse. Una vez que estuvieron en la
puerta, bajaron unos a romper los cerrojos, y penetraron en la ciudad los que
se hallaban fuera. Los que por el lado del istmo intentaban subir por las
escalas, vencidos los defensores, atacaron las almenas. De esta forma fue
ocupada por último toda la muralla. Los que entraron por la puerta tomaron la
colina de parte del Oriente, después de desalojados los que la guarnecían
Escipión, cuando ya le pareció que habían entrado los suficientes, destacó la
mayor parte contra los vecinos según costumbre, con orden de matar a cuantos
encontrasen, sin dar cuartel a ninguno ni distraerse con el saqueo, antes que
se diese la señal. En mi opinión, obran así por infundir terror. Por eso se ha
visto muchas veces que los romanos en la toma de las ciudades, no sólo quitan
la vida a los hombres, sino que abren en canal los perros, y hacen trozos los
demás animales; costumbre que en especial observaron entonces, por el gran número que
habían capturado. Después Escipión se dirigió con mil hombres a la ciudadela. A
su llegada, Magón intentó por el pronto ponerse en defensa; pero considerando
después que la ciudad estaba ya enteramente tomada, pidió seguridad para su
persona, y entregó la ciudadela. Tomada ésta, se dio la señal para que cesase
la carnicería y se entregaron al saqueo. Llegada la noche permanecieron en el
campamento los que tenían esta orden. El general con los mil pasó la noche en
la ciudadela. A los demás se dio orden, por medio de los tribunos, para que
saliesen de las casas, y reunido en la plaza todo el botín que se había
conseguido, hiciesen allí la guardia por cohortes. Se trajo del campamento a
los flecheros y se les apostó en la colina que estaba al Oriente. De este modo
se apoderaron los romanos de Carthago Nova en Hispania.
Tras la
conquista, debido a su puerto estratégico y a la gran cantidad de minerales, Carthago
Nova se convirtió en uno de los principales centros romanos en Hispania.
Maqueta puerto romano. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal
Martínez
Monedas con iconografía naval. ARQVA, Cartagena. © R.
Benzal Martínez
Además
había abundante producción de esparto, entonces de gran importancia
estratégica, y de garum, del que fue
uno de los principales puertos de producción
y exportación. El garo es una salsa hecha de vísceras fermentadas de pescado por
aquel entonces muy popular en las capas altas de la sociedad. Se cree que los romanos emplearon el garo de forma
semejante a como hoy en día emplean las cocinas asiáticas la salsa de soja.
Plano de Carthago Nova en el s.I dC. © Museo Arqueológico
Municipal de Cartagena
No está
clara la fecha en que la ciudad recibe el título de colonia, habiendo barajado
distintas fechas desde los años 50 aC hasta los casi el final de la República,
con bastantes autores eligiendo como probable el 46 aC por parte de Julio
César, cuando visita la ciudad y pasa a llamarse Colonia Vrbs Iulia Nova
Carthago (CVINC). Con la reorganización de Augusto queda englobada en la
provincia Hispania Tarraconensis. De época republicana, y sobre todo imperial,
son la mayoría de restos arqueológicos de la ciudad.
Rendición en 3D de Carthago Nova en época romana.
Pasamos
a describir algunos de los mejores restos de época romana que pueden visitarse
en la ciudad.
El
barrio del Foro Romano se encontraba en la colina conocida como arx Hasdrubalis. Del mismo sobrevive una
manzana completa, con un edificio religioso del s.I aC y un complejo termal del
s.I dC.
El
edificio religioso, denominado del Atrio, pudo dedicarse a celebrar banquetes
rituales en honor de dioses de origen oriental, como Isis o Serapis, que
pudieron tener un templo anexo.
Edificio del Atrio. © Cartagena Puerto de Culturas
El
complejo termal presentaba una entrada o peristilo y constaba de las estancias
típicas de frigidarium, tepidarium y caldarium, según la temperatura del agua.
Detalle peristilo Termas. © Cartagena Puerto de Culturas
La Casa
de la Fortuna alberga los restos de una vivienda romana datada a finales del
s.I aC, y reformada un siglo después. Era de un tamaño considerable, más de 200
m2, por lo que se supone perteneció a una familia adinerada,
destacando las pinturas murales y mosaicos.
Calzada frente a la Casa de la Fortuna. © R. Benzal
Martínez
La
vivienda se organizaba entorno a un atrio que servía como distribuidor y
vestíbulo. Alrededor se localizaban el resto de estancias: los cubicula o dormitorios, el triclinium para los banquetes, el tablinum o sala de representación, el hortus o jardín, y una zona de servicios,
posiblemente un baño. Los mosaicos presentan decoraciones de rombos y
esvásticas y de las pinturas sobresalen elementos decorativos como cornucopias
con cisne, candelabros, sátiros, granadas o flores.
Detalle pinturas en la Casa de la Fortuna. © Cartagena
Puerto de Culturas
El Augusteum se localizaba en el centro de la
ciudad, cerca del Foro, y data de los s.I-II dC. En él se reunían los
sacerdotes para rendir culto al emperador Augusto. El acceso al templo se hacía
a través de un patio porticado, y ya desde la misma entrada el visitante
vislumbraría la escultura del emperador custodiada en la sala o cella. Esta sala quedaría flanqueada por
dos pequeños ninfeos (estanques-fuentes) que seguramente estarían decorados en
el interior por esculturas. El conjunto se completaba con otras habitaciones
secundarias, de servicio o de paso.
Detalle del pórtico del Augusteum. © R. Benzal Martínez
Pórtico de ingreso y aula central del Augusteum. © R.
Benzal Martínez
Destaca su gran riqueza decorativa, con mármoles revistiendo suelos y
paredes, que fueron traídos de las mejores canteras del imperio romano: Italia,
Grecia, Túnez. A esto hay que añadir las antefijas, piezas que decoraban el
tejado, y que recogen símbolos alusivos al emperador: su horóscopo, el
Capricornio, y la figura de nike o
victoria del emperador en la batalla de Actium.
Detalle de la decoración del Augusteum. © R. Benzal
Martínez
Estatua Herma del Augusteum. © R. Benzal Martínez
El
Teatro Romano de Carthago Nova, datado en el s.I aC, era un imponente edificio formado
por tres partes: cavea o grada,
escenario y pórtico.
Maqueta reconstrucción del Teatro Romano. © R. Benzal
Martínez
La primera,
con capacidad para 6 000 espectadores, estaba articulada en tres sectores: ima, media
y summa cavea. Las clases más bajas,
los soldados y hombres libres se sentaban en la media y summa cavea, accediendo
a través de vomitorios o entradas abiertas en las gradas.
Maqueta reconstrucción del Teatro Romano. © R. Benzal
Martínez
La ima
cavea se reservaba a las clases privilegiadas, su acceso se realizaba por dos
pasillos laterales sobre cuyas puertas de entrada se localizaban dinteles con
las dedicatorias a Lucio y Cayo César, hijos de Julia, la única hija de
Augusto, y del general Agripa, que posteriormente fueron adoptados por Augusto.
Dedicatoria a Cayo César. Museo del Teatro Romano,
Cartagena. © R. Benzal Martínez
Desde
estos corredores laterales se accedía también a la orchestra, espacio semicircular donde se situaban en tres filas los
asientos de honor (proedria)
reservados a las autoridades. Delante, el escenario y su scaenae frons o frente escénico de 14,60 metros de altura en el que
la utilización de distintos materiales provocaría un juego cromático. En la
parte posterior se desarrollaba el porticus
post scaenae, articulado con una doble galería porticada entorno a un
jardín central. Del programa decorativo destacan los tres altares dedicados a
la Triada Capitolina: Júpiter, Minerva y Juno.
Altares dedicados a la Tríada Capitolina. Museo del Teatro
Romano, Cartagena. © R. Benzal Martínez
Detalle del altar de Júpiter. Museo del Teatro Romano,
Cartagena. © R. Benzal Martínez
Detalle del altar de Minerva. Museo del Teatro Romano,
Cartagena. © R. Benzal Martínez
Una
puesta en valor espectacular permite recorrer, desde el puerto, un museo con
los hallazgos encontrados, para al final salir al magnífico teatro.
Objetos de vidrio encontrados en las excavaciones del
Teatro Romano. Museo del Teatro Romano, Cartagena. © R. Benzal Martínez
El yacimiento del teatro permaneció oculto durante siglos,
y solo en los años 90, durante unas obras, se pudo localizar, aunque se tardó
un par de años en descubrir que se trataba del teatro. La ciudad había crecido
ininterrumpidamente sobre el mismo, en un lugar que había estado siempre
habitado de época antigua. Se puede ver que la Catedral Vieja, de origen
medieval, se edificó sobre parte del
mismo.
Vista del Teatro Romano y la Catedral Vieja. © R. Benzal
Martínez
Detalle de la reconstrucción parcial del escenario. © R.
Benzal Martínez
Vista del graderío. © R. Benzal Martínez
A lo
largo de los siglos, algunos elementos constructivos habían sido reutilizados,
como se puede ver en la siguiente foto que algunas columnas del escenario son
ahora parte integral del graderío.
Columnas reutilizadas en época antigua. © R. Benzal
Martínez
Para
finalizar con los restos de la ciudad, el ARQVA, o Museo Nacional de
Arqueología Subacuática, ofrece una visión general de la historia de España a
través de recreaciones y objetos recuperados del mar a lo largo del mundo, todos
ellos relacionados con España y muchos con conexión directa con la zona de influencia
de Cartagena. A lo largo de este estudio se ofrecen numerosas fotos tomadas de
su colección permanente.
Entrada al ARQVA. Cartagena. © R. Benzal Martínez
Área expositiva fenicia. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal
Martínez
Epígrafe romano altoimperial. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal
Martínez
Desde
el final de la II Guerra Púnica hasta mediados del s.I aC la ciudad no acuñó
ninguna emisión, y a partir de esa fecha, durante el periodo de máximo
esplendor de la ciudad como visto arriba con la multitud de monumentos
erigidos, la ciudad tuvo durante casi un siglo una ceca de producción de moneda
provincial, caracterizada por el carácter local de las emisiones, desde el
final de la República hasta Calígula. Por volumen, Carthago Nova fue la cuarta
de entre las ciudades que acuñaron moneda en Hispania, superada solamente por Caesaraugusta (Zaragoza), Emerita (Mérida) y Tarraco (Tarragona).
En las
colonias y municipios hispano-romanos los responsables de las acuñaciones
monetarias eran, en la mayor parte de los casos, los máximos magistrados
locales, ya que estas emisiones no eran continuas ni regulares, por lo que no
era necesario un puesto específico para su control. Estos se llamaban duumviri (IIviri).
La
mayoría de las acuñaciones se realiza en los años quinquenales, por los IIviri quinquenales, algo no habitual en
el resto de ciudades de Hispania, por lo que el taller estaría inactivo en el
intervalo de tiempo entre emisiones. Se cree por lo tanto que los talleres, o
por lo menos los grabadores de cuños, fueron itinerantes, desplazándose allí
donde se requerían sus servicios.
Sobre
la organización interna del taller, debido al carácter esporádico y al
relativamente poco volumen de las emisiones, el taller debió estar formado solo
por un equipo de acuñación; el estudio del enlace de cuños indica también la
presencia de un único yunque.
Monedas republicanas. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal
Martínez
A
grandes rasgos, como veremos más abajo, las primeras acuñaciones,
correspondientes a la república y al principio del reinado de Augusto, son de
escasa calidad, con tipos de poco relieve y cospeles irregulares, además de
presentar con frecuencia rotura de cuños. En cambio, a medida que avanzan los
reinados de Augusto, Tiberio y Calígula, se alcanza una mayor calidad artística
y técnica.
Metrológicamente,
la lex Papiria y la reforma de
Augusto definen el patrón de las monedas de Carthago Nova. En el año 91-90 aC
la ley Papiria estableció el patrón semiuncial, con un peso teórico de 13.53g,
que si bien no se empleó en gran volumen en Roma debido a la poca emisión de
moneda de bronce por aquella época, sí que afectó a las emisiones provinciales.
Con la
reforma de Augusto el nuevo patrón metrológico le daba al as un peso de 11g,
estableciendo valores de sestercios (4 ases) y dupondios (2 ases) de oricalco,
y ases, semis (medio as) y cuadrantes (un cuarto de as) de cobre.
Si bien
tienen constantes altibajos en el peso medio, las emisiones de Carthago Nova no
presentan dificultades de identificación a partir de los patrones explicados.
Monedas imperiales. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal Martínez
Al igual
que con las emisiones hispano-cartaginesas, la localización de algunas
acuñaciones romanas a una ceca en concreto no ha podido establecerse a ciencia
cierta; en el caso de Carthago Nova esto es debido a que hasta Tiberio no se graba
el nombre de la ciudad en las mismas, aunque en la actualidad hay un consenso general
sobre las mismas. Llorens divide las acuñaciones latinas de Carthago Nova en
cuatro grupos:
El
primero, las acuñaciones republicanas, fechadas normalmente del 47 al 27 aC, y
caracterizadas por tipos tomados de los prototipos romanos, con alusiones al
asentamiento de veteranos e inmigrantes itálicos. Está compuesto por siete
emisiones distintas, ordenadas por los nombres de los magistrados que las
controlaban. La denominación de mayor valor acuñada anteriormente al 27 aC fue
el semis, complementado con cuadrantes en algunas emisiones.
Emisión
I. I.P. Atelius
y L. Fabricius. Formada únicamente por un semis.
© Dvca
Semis,
57 aC. ~6g
Anv/ L
FABRIC en cartela.
Rev/
Serpiente, alrededor L ATE(LIV).
RPC
I/146
Emisión
II. Helvius
Pollio y Albinus. Consta de semis y cuadrante.
© Dvca
Semis, 47
aC. ~5g
Anv/
Cabeza femenina velada, alrededor HELL POLLIO ALBINVS II Q(V).
Rev/
Trofeo militar, SABINVS CM IMP.
RPC
I/149
Se cree
que el anverso de esta emisión está tomado del denario republicano de la gens Aemilia:
Denario Aemilia. Roma, 63 aC. 3.78g. Anv. Concordia, rev.
Aemilius Paullus con trofeo y cautivos. RRC 415/1. Colección VENVS. © R. Benzal
Martínez
© Dvca
Cuadrante,
47 aC. 2.8g
Anv/ Serpiente a d., debajo HELL POLLI P QVIN.
Rev/ ALBINVS P QVIN.
RPC I/150
Emisión
III. C. Caedius
y T. Popillius. Compuesta por semis y cuadrante. Esta emisión presenta la
particularidad de comunicar la importancia económica de la ciudad con un tipo
puramente local.
© Dvca
Semis,
45 aC. ~5g
Anv/
Delfín a d., arriba C CAEDI, debajo T POPILI.
Rev/
Palma, arriba P VIR, abajo QVIN.
RPC
I/147
© Dvca
Cuadrante,
45 aC. 3.5g
Anv/ Proa
de nave, CA ED a ambos lados.
Rev/ Ancla,
PO PI a ambos lados.
RPC
I/148
Emisión
IV. No menciona
magistrados y consta solamente de un semis.
© R. Benzal Martínez. Colección VENVS.
Semis,
42 aC. 5.60g.
Anv/
Cabeza de Minerva (?) a d.
Rev/
Estatua a i. sobre pedestal. (CV) IN a ambos lados.
RPC I/151.
El
anverso de esta emisión pudo estar tomado bien del denario republicano de la gens
Vibia:
Denario Vibia. Roma, 42 aC. 3.99g. Anv. Minerva, rev.
Hércules. RRC 494/38. © Hess Divo (subasta 314, lote 1485)
o bien
de este otro de la gens Considia:
Denario Considia. Roma, 46 aC. 3.94g. Anv. Minerva, rev.
Victoria en cuadriga. RRC 465/5. © British Museum
Emisión
V. L. Iunius y
L. Acilius. Formada por semis y cuadrantes.
© Dvca
Semis,
40-37 aC. ~6g
Anv/ Águila
de frente mirando a i. sobre haz de rayos; lituus
a la d. Alrededor, L IVNIVS P VIR
QVN(Q) AVG(VR).
Rev/
Objetos sacerdotales: patera, capis y lituus; alrededor, L ACILIVS P VIR
QVN(Q) AVG(VR).
RPC
I/152
Se cree
que el anverso de esta emisión está tomado bien del denario republicano de la gens
Plaetoria:
Denario Plaetoria. Roma, 67 aC. 3.97g. Anv. Busto con los
atributos de Minerva, Apolo, Isis , Diana y Victoria, rev. águila sobre rayos.
RRC 409/1. NAC 73, lote 138. © NAC
o bien
de este otro de la gens Cassia:
Denario Cassia. Roma, 55 aC. 3.94g. Anv. Genio del Pueblo
Romano, rev. águila sobre rayos con lituus y jarra. RRC 428/3. Colección VENVS. ©
R. Benzal Martínez
© Dvca
Cuadrante,
40-37 aC. 2.8g
Anv/ Jarra,
alrededor L IVNIVS.
Rev/ Patera
y lituus, alrededor L ACILIVS.
RPC
I/153
Emisión
VI. C. Maecius
y L. Acilius. Compuesta únicamente por un semis.
© Dvca
Semis,
32 aC. 6.1g
Anv/ Vexillum, alrededor C MAEQIVS QVINQ.
Rev/
Estandarte con águila legionaria, alrededor, L ACILIVS P VIR
QVINQ.
RPC
I/154
Emisión
VII. L. Appuleius
Rufus y C. Maecius. Consta de semis y cuadrante.
© Martí Hervera & Soler y Llach (subasta 60, lote 2151)
Semis,
28-27 aC. 3.90g
Anv/
Insignias y águila legionarias, alrededor (QVINQ) L APPVL.
Rev/ Galera,
C MAECI QVINQ.
RPC
I/155
Este
tipo está directamente ligado al denario legionario de Marco Antonio:
Denario Marco Antonio. Patrás, 32-31 aC. 3.42g. Anv.
Galera, rev. águila legionaria entre estandartes. RRC 544/26. Colección VENVS ©
R. Benzal Martínez
© Dvca
Cuadrante,
28-27 aC. 2.8g
Anv/ P L APPVLE(I) QVINQ.
Rev/ C MAECI QVINQ.
RPC I/156
Para
finalizar el grupo republicano, un último semis y cuadrante que no aparecen en
las emisiones de Llorens, pero que debido a los hallazgos y la leyenda de
reverso es sin duda de Carthago Nova:
© Martí Hervera & Soler y Llach (subasta 60, lote 2150)
Semis,
50-27 aC. 6.3g
Anv/
Mano a i., arriba CONDVC, abajo MALLEOL.
Rev/ Toro
a d., arriba II VIR, abajo QVINQ.
RPC
I/158
© Dvca
Cuadrante,
50-27 aC. 3.2g
Anv/ Martillo,
arriba COND, abajo MALL.
Rev/ Clipeus, arriba P (VIR),
abajo QVINQ.
RPC
I/159
El
segundo grupo lo forman las emisiones de Augusto, atribuidas a ocho colegios
distintos de IIviri quinquenales, del 22 aC al 14 dC. Se acuñaron ases, semis y
cuadrantes, con temática predominantemente religiosa o militar.
Emisión
VIII. P.
Baebius Pollio y C. Aquinus Mella. Consta de un semis.
© Martí Hervera & Soler y Llach (subasta 67, lote 2147)
Semis, 30-17
aC. 7.2g
Anv/ Victoria
a d., alrededor P BAEBIVS POLLIO II VIR QVIN.
Rev/ Insignias
militares, alrededor C AQVINVS MELLA P
VIR QVIN.
RPC
I/157
Se supone
que el anverso de esta emisión está tomado del denario de Marco Antonio:
Denario Marco Antonio. Cirenaica, 31 aC. 3.78g. Anv. Júpiter
Ammón, rev. Victoria a d. RRC 546/2a. Rauch 79, lote 2290. © H.D. Rauch
Emisión
IX. Hiberus y
C. Lucius. Compuesta por semis y cuadrantes.
© Dvca
Semis,
20-13 aC. ~6g
Anv/ Divinidad
fluvial escupiendo agua, HIBERVS P V(IR) QVIN(Q).
Rev/ C LVCI PF P V QVIN.
RPC
I/160
© Dvca
Cuadrante,
20-13 aC. 3.52g
Anv/ HIBERVS P
V Q.
Rev/ C LVC(I PF) P V QV.
RPC
I/161
Emisión
X. L. Bennius y
Q. Varius Hiberus. Formada por semis y cuadrantes. En los semis algunos autores
distinguen entre la cabeza de Augusto y la de Agripa.
© R. Benzal Martínez. Colección VENVS
Semis,
12-11 aC. 4.65g
Anv/ Cabeza
de Agripa (?) a d., alrededor M AGRIP QVIN HIBERO PRAE.
Rev/ Trofeo
sobre escudos, alrededor L BENNIO PRAEF.
RPC
I/164
El reverso
de estos semis está estrechamente relacionado con un denario de Emerita:
Denario Augusto. Emerita, 25-23 aC. 3.86g. Anv. Augusto,
rev. trofeo sobre escudos. RIC I/4b. The
New York Sale 4, lote 339. © The New York Sale
© Dvca
Cuadrante, 12-11 aC. ~3g
Anv/ Palma,
alrededor L BENNIO PRAEF.
Rev/ Simpulum, alrededor
HIBERO PRAEF.
RPC I/165
Emisión
XI. C. Helvius
Pollio e Hiberus. Compuesta por un semis.
© Dvca
Semis,
16-6 aC. ~6g
Anv/ Cabeza
de Tiberio (?) a d., alrededor TI NERONE QVI C HELVI POLL PR.
Rev/ Elementos
sacerdotales: simpulum, aspergillum, hacha y apex; alrededor, HIBERO PRAEF.
RPC
I/166
Emisión
XII. C. Varus
Rufus, Sex. Iulius Pollio. Formada por ases y semis. Esta es la primera emisión
de Carthago Nova donde se acuñan ases.
© R. Benzal Martínez. Colección VENVS
As, 2-1
aC. 12.88g
Anv/ Cabeza
laureada de Augusto a d., alrededor AVGVSTVS DIVI F.
Rev/ Elementos
sacerdotales: símpulo, aspergilo, hacha y ápex; alrededor, C VAR RVF SEX IVL
(P)OL II VIR Q.
RPC
I/167a
Tanto
el reverso de este as como el del semis de la emisión anterior presentan una
gran similitud con el conocidísimo denario de Julio César:
Denario Julio César. Roma, 49 aC. 3.64g. Anv. Elefante y
serpiente, rev. símbolos pontificales. RRC 443/1. Roma Numismatics 7, lote 957.
© Roma Numismatics
© Martí Hervera & Soler y Llach (subasta 67, lote 51)
Semis,
2-1 aC. 5.90g
Anv/ Cabeza
laureada de Augusto a d., alrededor AVGVSTVS DIVI F.
Rev/ Elementos
sacerdotales: símpulo, aspergilo, hacha y ápex; alrededor, C VAR RVF SEX IVL
POL II VIR Q.
RPC
I/168
Emisión
XIII. Cn.
Atellius Ponti y Iuba rex Iubae. Compuesta solo por semis. Con el nombramiento
de Iuba como IIvir quinquenal se introduce el símbolo de Isis en las
acuñaciones de la ciudad.
© Martí Hervera & Soler y Llach (subasta 66, lote 2184)
Semis,
20 aC – 23 dC. 5.10g
Anv/ Flor
de loto, alrededor IVBA REX F II VIR Q.
Rev/ Atributos
sacerdotales, (CN) ATELIVS (PONTI II V Q).
RPC
I/169
Emisión
XIV. Albinus y
L. Porcius Capito. Emisión de ases y semis.
© Dvca
As, 4 dC. ~13g
Anv/ Cabeza
laureada de Augusto a d., alrededor AVGVSTVS DIVI F.
Rev/ Sacerdote
con túnica estante de frente, con símpulo y rama; alrededor, M POSTVM ALBIN L
PORC CAPIT P VIR Q.
RPC
I/170
© Martí Hervera & Soler y Llach (subasta 59, lote 2093)
Semis,
4 dC. 7g
Anv/ Cabeza
laureada de Augusto a d., alrededor AVGVSTVS DIVI F.
Rev/ Sacerdote
con túnica estante de frente, con símpulo y rama; alrededor, M POSTVM ALBIN L
PORC CAPIT P VIR Q.
RPC
I/171
Emisión
XV. C.
Laetilius Apalus y rex Ptolemaeus. Formada únicamente por semis.
© R. Benzal Martínez. Colección VENVS
Semis,
2-14 dC. 4.48g
Anv/ Cabeza
de Augusto a i., alrededor AVGVSTVS DIVI F.
Rev/ Diadema
o corona; dentro, REX PTOL; alrededor, C LAETILIVS APALVS V Q.
RPC
I/173
El
tercer grupo lo forman las emisiones de Tiberio, fechadas del 17 al 34 dC, en
las que el nombre de la ciudad aparece por primera vez de forma regular
facilitando su identificación. Durante este reinado se acuñaron tres emisiones,
dos de IIviri y una tercera del futuro emperador Calígula, que fue pues
nombrado IIvir quinquenal de Carthago Nova. Se acuñaron ases, semis y
cuadrantes.
Emisión
XVI. P.
Turullius y M. Postumius Albinus. Formada por semis y cuadrante.
© Dvca
Semis,
17-24 dC. ~6g
Anv/ Cuadriga
a i., vexillum delante; arriba, (P) TVRVLL (IO) VINK; abajo, P
VIR QVINQ (V) ITER.
Rev/ Templo
tetrástilo con AVGVSTO inscrito en arquitrave; VI NK a ambos lados; alrededor, POSTV(M) ALBIN(VS) P
VIR QVINQ (V) ITER.
RPC
I/175
© Dvca
Cuadrante,
17-24 dC. ~3g
Anv/ Vexillum
entre fasces consulares, V I N K
entre ellos; alrededor P TVRV P VIR QVINQ.
Rev/ Elementos
sacerdotales, V I N K entre ellos; arriba, ALBIN QVINQ.
RPC
I/178
Emisión
XVII. Nero y
Drusus caesares. Consta de ases y
semis.
© Dvca
As, 23-28 dC. 12.44g
Anv/ Cabeza
de Tiberio a i., alrededor TI CAESAR DIVI F AVGVSTVS PM.
Rev/ Cabezas
enfrentadas de Nerón y Druso, alrededor NERO ET DRVSVS CAESARES QVINK CVINC.
RPC I/179
© Dvca
Semis, 23-28 dC. 7.5g
Anv/ Cabeza
de Tiberio a i., alrededor TI CAESAR DIVI F AVGVSTVS PM.
Rev/ Cabezas
enfrentadas de Nerón y Druso, alrededor NERO ET DRVSVS CAESARES QVINK CVINC.
RPC
I/181
Emisión
XVIII. Calígula
como IIvir quinquenal. Por primera vez en todas las emisiones de Carthago Nova
tenemos ases, semis y cuadrantes.
© The New York Sale (subasta XI,
lote 187)
As,
17-34 dC. 12.07g
Anv/ Cabeza
laureada de Tiberio a i., alrededor TI CAESAR DIVI AVGVSTVS F PM.
Rev/ Cabeza
de Calígula a i., alrededor C CAESAR TI N QVINQ IN VINK.
RPCI/182
© Martí Hervera & Soler y Llach (subasta 67, lote 2157)
Semis,
17-34 dC. 7.50g
Anv/ Cabeza
laureada de Tiberio a i., alrededor TI CAES DIVI AVG F AVG PM.
Rev/ Cabeza
de Calígula a i., alrededor C CAESAR TI N QVINQ IN VINK.
RPC
I/183
© Gorny & Mosch (subasta 215, lote 92)
Cuadrante,
17-34 dC. 2.37g
Anv/ Cabeza
laureada de Tiberio a i., alrededor TI CAESAR DIVI AVGVS F.
Rev/ Cabeza
de Calígula a i., alrededor C CAESAR TI N QVINQ I.
RPC
I/184
El
cuarto y último grupo corresponde a las acuñaciones de Calígula, con quien se
redujo drásticamente el número de cecas en Hispania, probablemente debido a un
criterio más político que económico, si bien el proceso se realizó de manera
gradual. Una única emisión en este grupo, con fecha 37-38 dC, acuña ases y
semis. Sobre el as, hay diferentes opiniones sobre si representa a Cesonia,
esposa de Calígula, o a Salus, como parece indicar la leyenda del reverso;
además se da la particularidad que Salus era la diosa tutelar de Carthago Nova.
Emisión XIX. Atellius Flaccus
y Cn. Pom. Flaccus. Última
emisión romana en Carthago Nova, compuesta por as y semis.
© R. Benzal Martínez. Colección VENVS
As,
37-38 dC. 14.76g
Anv/ Cabeza
laureada de Calígula a d., alrededor C CAESAR AVG GERMANIC IMP PM TR P COS.
Rev/ Cabeza
de Salus (Cesonia?) a d., SAL AVG en campo, alrededor PM CN ATEL FLAC CN POM
FLAC P VIR QVINC.
RPC I/185
© Martí Hervera & Soler y Llach (subasta 60, lote 2156)
Semis,
37-38 dC. 5.5g
Anv/ Cabeza
laureada de Calígula a d., alrededor C CAESAR AVG GERMANIC IMP PM TR P COS.
Rev/ Cabeza
de Salus (Cesonia?) a d., SAL AVG en campo, alrededor CN ATEL FLAC CN POM FLAC P
VIR QVINC.
RPC
I/186
El
estudio de cuños nos hace ver que el semis fue con diferencia la moneda más
acuñada en las primeras épocas, para después ser el as con Augusto, Tiberio, y,
sobre todo, con Calígula. Los retratos imperiales, por otro lado, presentan
semejanzas estilísticas con los de las cecas imperiales de Roma y Lugdunum.
Dentro
de las acuñaciones provinciales romanas se ha sugerido como motivo de estas
emisiones el afrontar los gastos de funcionamiento de la ciudad, como serían la
gestión administrativa, la financiación de espectáculos, o la construcción y
reparación de edificios públicos. También se consideran los acontecimientos
políticos y militares, y la necesidad de moneda fraccionaria, entre otros.
Debido
a los dominios primero cartaginés y luego romano, la ciudad, a diferencia de la
mayoría de cecas de la península, no llegó nunca a emitir moneda con leyendas
ibéricas.
Con el
sucesivo agotamiento de los recursos minerales la ciudad empieza a decaer a
partir del s.II dC, centrándose en la producción de garum.
Carthago
Nova supo sobreponerse y en la reforma administrativa de Diocleciano a finales
del s.IV dC fue nombrada capital de la provincia Hispania Carthaginensis que
controlaba buena parte de la península ibérica.
Reforma administrativa de Diocleciano en Hispania. ©
Asociación Cultural Clunia Sulpicia
El
declive continúa durante los siglos siguientes hasta que la ciudad es saqueada
por los vándalos en 425 dC. En 461 dC el emperador Mayoriano intenta reconquistar
parte del imperio perdido en el norte de África y reúne 45 naves, pero pierde
la batalla de Cartagena contra los vándalos frente a las aguas de la ciudad.
Tras la
caída del imperio romana la ciudad pasa a poder visigodo, para a mitad del s.VI
dC entrar a formar parte del imperio romano oriental tras la conquista del
emperador Justiniano I del sur de España. El mismo la bautiza como Cartago
Spartaria, capital de la provincia de Spania.
Mapa de Spania en tiempos de Justiniano. © Jarke
Monedas bajo imperiales y del imperio romano
oriental. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal Martínez
A lo
largo de los siguientes 1 500 años la ciudad pasó multitud de vicisitudes y
acontecimientos, entre ellos la conquista árabe y posterior reconquista a manos
de Alfonso X, y sobre todo el esplendor marítimo con los Austrias, que quedan
fuera del objetivo de este estudio. Una pequeña selección de los mismos que
puede verse en la entrada al puerto:
Efemérides históricas ocurridas en Cartagena, en la
muralla de Carlos III frente al puerto. © R. Benzal Martínez
Monedas islámicas, castellanas y de los Reyes
Católicos. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal Martínez
Monedas de los Austrias y Borbones. ARQVA,
Cartagena. © R. Benzal Martínez
Para
finalizar con un toque numismático más moderno de reciente actualidad en
Cartagena, aquí dejo otra parte de la colección del ARQVA, incluyendo el primer
bloque expuesto al público a finales de año pasado de las ya archiconocidas
monedas del navío Nuestra Señora de las Mercedes, fragata de la Armada española
botada en La Habana en 1786 e integrante del convoy entre América y España,
hundida el 5 de octubre de 1804 en la batalla del Cabo de Santa María, frente a
las costas del Algarve portugués, por parte de la Armada británica en época de
paz entre ambas naciones, hecho fuertemente criticado por la prensa de aquel
país. España declaró la guerra a Gran Bretaña el 14 de Diciembre del mismo año
en lo que fue la antesala de la batalla de Trafalgar. Napoleón, que había sido
coronado dos semanas antes, vio entonces en España un inesperado aliado contra
Gran Bretaña.
Monedas rescatadas del navío Nuestra Señora de las
Mercedes. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal Martínez
Monedas de la Mercedes. Detalle monedas sin limpiar.
ARQVA, Cartagena. © R. Benzal Martínez
Monedas de la Mercedes. Detalle reales de a 8 de
plata y 8 escudos de oro de Carlos IV. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal Martínez
BIBLIOGRAFIA
- Alfaro Asíns, C. Sylloge Nummorum Graecorum. España. Vol. I. Hispania.
Ciudades feno-púnicas. Parte 2: Acuñaciones cartaginesas en Iberia y emisiones
ciudadanas (continuación). Madrid, 2004.
- Cartagena Puerto de Culturas. http://www.cartagenapuertodeculturas.com/
- Collantes, E. Historia de las cecas de Hispania antigua. Madrid, 1997.
- Dvca. Las monedas de Cartago Nova. https://www.youtube.com/watch?v=jaypTdDAq8I
- Lago, J.I. Carthago Nova 209 aC. Primera victoria de Escipión en
España. (con ilustraciones de García Pinto, Á.) Guerras y Batallas 62. Almena
Editores. Madrid, 2010.
- Llorens Forcada, María del Mar. La ciudad de Carthago Nova: Las
emisiones romanas. Universidad de Murcia. Lérida, 1994.
- Mapila. Tesorillo: Emisiones hispano-cartaginesas. Cecas en Hispania
Tarraconensis. Cecas feno-púnicas y neopúnicas. www.tesorillo.com
- Polibio de Megalópolis. Historia Universal bajo la República Romana. Libro
X, capítulo III. www.elaleph.com
- Ripollès, P.P. Las acuñaciones provinciales romanas de Hispania. Universidad
de Valencia, 2010.
- Villaronga, L. Las monedas hispano-cartaginesas. Círculo Numismático y
Filatélico. Barcelona, 1973.
- Villaronga, L. Corpus Nummus Hispaniae ante Augusti Aetatem. 2ª ed.
J.A.Herrero. Madrid, 1994.
- Villaronga, L. & Benages, J. Ancient Coinage
of the Iberian Peninsula. Societat
Catalana d’Estudis Numismatics. Barcelona, 2011.
- Wikipedia: Cartagena, Cartago Spartaria, Carthago Nova, Ceca de
Carthago Nova, Guerra Púnicas, Hispania Carthaginensis.
Bene valeas.
Apabullante trabajo.
ResponderEliminarChapó.
Excelente entrada !!!
ResponderEliminarEnhorabuena Ray.
Excelente trabajo te felicito por ampliar cosas. Me gusta que se publique todo el conocimiento. dvca
ResponderEliminarTe felicito por ampliar conocimiento. dvca
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