martes, 30 de septiembre de 2014

Qart Hadasht/Carthago Nova.

Ave.

Aprovechando que se está celebrando el XXV aniversario de las Fiestas de Cartagineses y Romanos en Cartagena, he querido dedicar esta entrada del blog a los restos arqueológicos y al numerario de la ciudad.

Cartagena es una ciudad del sureste de España, perteneciente a la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.

Localización de Cartagena en España. © HansenBCN

El primer asentamiento en la zona se supone ibérico o tartésico, y ha sido identificado tradicionalmente como Mastia tras el estudio de fuentes clásicas (primero Avieno y después Polibio cuando habla de la Mastia de los Tartesos) por el alemán Adolf Schulten, aunque no hay pruebas definitivas y otros autores la han situado en algún punto del sur español entre Mazarrón y Cádiz.

Tras la I Guerra Púnica (264-241 aC) los cartagineses sufren serias pérdidas territoriales en el Mediterráneo a favor de los romanos, por lo que el general cartaginés Amílcar Barca con su yerno Asdrúbal buscan nuevos territorios, desembarcando en Gadir (Cádiz) en 237 aC con un objetivo doble: por una parte la conquista de la península ibérica para obtener riquezas con que pagar el fuerte tributo de guerra, y por otra crear una base poderosa donde reclutar mercenarios para luchar de nuevo contra Roma. Se centraron en el sur de España, que conquistan rápidamente. En 227 aC el mismo Asdrúbal funda la ciudad de Qart Hadasht (Nueva Ciudad) sobre el asentamiento comentado arriba. La zona tenía una gran importancia debido a la gran cantidad de minas de plomo, plata y cinc.

Monumento a Asdrúbal en el Parque Torres, situado en el monte de la Concepción, anteriormente conocido como de Asklepios o Esculapio. © R. Benzal Martínez

La mejor descripción de la ciudad púnica nos viene del historiador griego Polibio de Megalópolis:

Yace Carthago Nova  a la mitad de la costa de Hispania, opuesta al viento de África, en un golfo que, introduciéndose tierra adentro por espacio de veinte estadios, sólo tiene diez de anchura a la entrada; causa porque todo él forma la figura de un puerto. En la embocadura misma se halla una isla, que por uno y otro lado franquea sólo un pasaje estrecho para la entrada. En esta isla vienen a estrellarse las olas del mar, de que proviene que todo el golfo está siempre tranquilo, a menos que soplen por una y otra boca los vientos de África y alteren las olas. Con todos los demás vientos el puerto está siempre en calma, por estar rodeado del continente. Desde el fondo del golfo se va elevando una montaña a manera de península, sobre la cual está fundada la ciudad, rodeada al Oriente y Mediodía por el mar, y al Occidente por un estero que aún toca algún tanto con el Septentrión; de suerte que el restante espacio que existe desde el estero al mar, y une la ciudad con el continente, no tiene más que dos estadios.

Puerto de Cartagena en la actualidad, desde el monte de la Concepción (monte de Esculapio). © R. Benzal Martínez

El centro de la ciudad está en hondo. Por el lado de Mediodía tiene una entrada llana viniendo del mar; pero por las partes restantes está rodeada de colinas, dos altas y escabrosas, y otras tres mucho más bajas, bien que están llenas de cavernas y malos pasos. De estas, la mayor está al Oriente, se extiende hasta el mar, y sobre ella se ve el templo de Esculapio. Hacia el Occidente le corresponde otra de igual situación, sobre la cual está erigido un magnífico palacio, obra, según dicen, de Asdrúbal cuando afectaba la monarquía. Las otras colinas menos altas circundan la ciudad por el Septentrión. De las tres, la que mira al Oriente se llama la colina de Vulcano; la contigua a ésta se llama de Aletes, quien por haber hallado las minas de plata, según dicen, alcanzó los honores divinos; y la tercera tiene el nombre de Saturno. El estero inmediato al mar se comunica con éste por medio de una obra que se ha hecho para comodidad de las gentes de mar; y sobre la lengua de tierra que separa al uno del otro, se ha construido un puente para transportar por él en bestias y carros lo necesario desde la campiña. El circuito de la ciudad no tenía antiguamente más que veinte estadios. No ignoro que muchos le dan hasta cuarenta, pero se engañan. Pues nosotros no hablamos de oídas, sino que la hemos examinado atentamente con nuestros propios ojos.

Mapa físico de Qart Hadasht en época púnica. © galeon.com

Las murallas de la capital púnica en la península eran muy sólidas, con un sistema de fortificación helenístico de tipo acasamatado, compuesto por dos muros paralelos de unos 10 metros de altura. Se organizaba en 3 alturas, dos primeras de casamatas y una última que correspondería al paseo de ronda. Para su construcción se emplearon bloques de arenisca local en el paramento exterior y arenisca y adobe para el paramento interior. Todo iría enlucido con estuco blanco para protegerla de las inclemencias pero al mismo tiempo para darle una apariencia vistosa. Entre ambos muros se disponían las casamatas o estancias interiores que eran usadas como establos y también para alojar a los soldados que custodiaban la muralla.

Detalle muralla púnica de Cartagena. © R. Benzal Martínez

Además del emplazamiento privilegiado, Qart Hadasht está muy próxima a la antigua Portus Magnus (la actual pedanía de Portmán en el término de La Unión), donde los púnicos extraían ingentes cantidades de plata de sus minas, vital para los esfuerzos de guerra y con la que los Bárcidas acuñaron su propia moneda, cuyas denominaciones de gran módulo en plata son de las más bellas de toda las historia monetaria de España.

Las emisiones presentan valores de trishekel, dishekel, y shekel, este último con un peso de 7.2g, además de medio y cuarto de shekel. En cuanto al bronce, el peso medio se sitúa en la mayoría de emisiones entre los 8 y 10g de peso, presentando valores de unidad, mitad y cuarto.

En cuanto a correspondencias, no está clara la relación entre el oro y la plata. Recopilando los datos de varios autores podemos inferir que la estátera de oro tenía un valor de entre 8 y 12 shekels (o siclos) de plata, mientras que en la relación entre plata y bronce al shekel se le supone un valor de 100 calcos (o unidades) de bronce.

Sobre la tipología de anverso figuran bellos retratos helenísticos, sobre lo que hay corrientes de opinión de la segunda mitad del s.XIX hasta mediados del s.XX, que consideran que las efigies representan retratos de los Bárcidas, llegando a ver el de Escipión una vez efectuada la toma de la ciudad. En realidad, y siguiendo a Vives y Villaronga, lo más probable es que representaran efigies de divinidades cartaginesas, como Melqart-Heracles, patrón de la familia Barca y muy arraigado en Iberia con anterioridad a la llegada de los cartagineses. En la moneda fraccionaria aparece a menudo la diosa Tanit.

Qart Hadasht. ¼ shekel. Después de 221 aC. 1.85g. Anv. Melqart, rev. elefante. ACIP 555. NAC 39, lote 1. © NAC

Qart Hadasht. Unidad AE. 220-215 aC. Anv. Tanit, rev. cabeza caballo con letra yod. ACIP 580. Hirsch 275, lote 3004. © Hirsch

La tipología de reverso es más variada:

Proa de nave de guerra con rostra y adornada en la parte anterior con un motivo decorativo en forma de ojo, simbolizando la visión de la nave en su navegar continuo.

Ojo decorativo de embarcación fenicia. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal Martínez

Hispano-cartaginesa. Shekel. 235-220 aC. 7.3g.  Anv. Cabeza masculina, rev. proa de nave. ACIP 543. Cayón enero 2011, lote 2001. © Cayón

Elefante, apareciendo en las emisiones argénteas de mejor estilo, simbolizando la fuerza del poder cartaginés, al ser utilizados por los mismos en batalla.

Qart Hadasht. Dishekel. 221-208 aC. 14.7g. Anv. Melqart, rev. elefante con guía. ACIP 552. Ira & Larry Goldberg 72, lote 4032. © Goldberg

Caballo, probablemente adaptado como emblema nacional y copiado de sus acuñaciones siracusanas.

Sículo-púnica. Entella. Tetradracma, ca.350-320/15 aC.  17.16g. Anv. Aretusa, rev. caballo y palmera. Jenkins 101 (O35/R92). Heritage 3033, lote 23010 © Heritage

Se cree que su utilización estaba relacionada con la fundación de Cartago, cuando los exiliados de Tiro encontraron una cabeza de caballo enterrada. En las monedas hispano-cartaginesas aparecen en cuatro posiciones: parado, parado con la cabeza vuelta, saltando (con o sin estrella), y solo la cabeza.

Hispano-cartaginesa. Trishekel, desp. 228 aC. 22.29g. Anv. Ashmun-Apolo, rev. caballo. ACIP 556. Freeman & Sear, Manhattan Sale I, lote 35.  © Freeman & Sear

Palmera, relacionando otra vez las emisiones hispano-cartaginesas con las sículo-púnicas, y teniendo de nuevo relación con la fundación de la metrópoli, ya que en la mitología local el hallazgo de la cabeza de caballo comentado arriba se realizó al pie de una palmera.

Qart Hadasht. Unidad AE. 237-209 aC. 5.87g. Anv. Marte a d., rev. palmera. ACIP 581. iNumis 14, lote 3. © iNumis

Casco de tipo corintio, con cimera y orejeras, apareciendo en pequeños divisores de bronce.

Qart Hadasht. ¼ ud. AE. 221-18 aC. 1.52g. Anv. Tanit, rev. casco corintio. ACIP 583. Colección VENVS. © R. Benzal Martínez

La metrología de las acuñaciones empezó con el llamado patrón ibérico, así llamado por Guadán ya que este se repetía en emisiones de varias poblaciones hispanas. Con un peso medio de 4.45g estaba cercano a la dracma ática de 4.37g.

Qart Hadasht. Shekel. 4.50g (3), 4.39g (4). Anv. Tanit, rev. caballo parado con cabeza vuelta. ACIP 539. © Villaronga

Pronto el patrón cambió y se mantuvo estable hasta el final de las emisiones hispano-cartaginesas, estableciendo el llamado patrón fenicio, con un shekel de 7.20g de peso.

No tenemos datos concluyentes para atribuir las acuñaciones hispano-cartaginesas a zonas concretas; sin embargo, la dispersión de los hallazgos y tesorillos nos aproxima a las zonas de circulación de estas monedas y quizás a su posible lugar de acuñación, si bien la mayoría se debieron fabricar en campaña por talleres móviles según las necesidades de numerario en cada momento.

Villaronga clasifica las emisiones hispano-cartaginesas en doce clases, asignando la VII, VIII y XI a la ceca de Qart Hadasht, fechándolas mayoritariamente tras alcanzar Aníbal el poder en 221 aC.

Clase VII. En plata, presenta en anverso a la diosa Tanit, y en reverso un caballo saltando con estrella en campo. Esta emisión se acuñó cuando ya se había iniciado la penetración cartaginesa en la Meseta Central en tiempos de Asdrúbal, a partir de 221 aC, demostrando que los conquistadores ya se habían asentado en el país con recursos propios, sin depender de la metrópoli.

© Numismatik Lanz (subasta 97, lote 377)

Qart Hadasht. Shekel, 220-215 aC. 7.36g. ACIP 565.
Anv/ Cabeza de Tanit a i.
Rev/ Caballo saltando a d., con estrella en campo.

Clase VIII. También en plata, presenta en anverso a Tanit y en reverso caballo con la cabeza vuelta.

© Villaronga

Qart Hadasht. Shekel, desp. 221 aC. 7.08g (89), 7.17g (90). ACIP 575.
Anv/ Cabeza de Tanit a i.
Rev/ Caballo parado a d. con cabeza vuelta a i., y palmera detrás.

Las emisiones de bronce de la misma clase repiten el anverso de las de plata, mientras que el reverso presenta una cabeza de caballo. Estas acuñaciones corresponden al periodo de Aníbal, en que tiene lugar la máxima expansión del poderío cartaginés en Hispania, y lo situamos poco después de 221 aC.

© Raimundo Benzal Martínez. Colección VENVS

Qart Hadasht. Unidad AE, 220-215 aC. 10.35g. ACIP 580.
Anv/ Cabeza de Tanit a i.
Rev/ Cabeza caballo a d., debajo letra púnica aleph.

Clase XI. Es la más común tanto en plata como en bronce, presentando en anverso una cabeza masculina y en reverso un caballo parado con palmera detrás. Estas son acuñaciones de los generales de Aníbal, del periodo 218-209 aC.

© NAC (subasta 64, lote 610)

Qart Hadasht. Shekel, 218-209 aC. 6.16g. ACIP 603.
Anv/ Cabeza masculina a i.
Rev/ Caballo parado a d. con palmera detrás.

El volumen de emisiones en esta clase se atribuye a las vicisitudes de la campaña y a los distintos generales cartagineses que con sus ejércitos tendrían necesidad de una ingente cantidad de moneda.

© Künker (subasta 182, lote 27)


Qart Hadasht. Calco o unidad AE, 218-209 aC. 11.46g. ACIP 609.

Anv/ Cabeza masculina a i.

Rev/ Caballo parado a d. con palmera detrás.



En el marco de la II Guerra Púnica (218-201 aC) Qart Hadasht es centro de dos acontecimientos principales de la misma: fue el sitio de partida de Aníbal en su ruta hacia Italia, conocida por su  ejército de elefantes cruzando los Alpes, y enlazando victoria tras victoria en suelo itálico contra los romanos; y posteriormente la toma de la ciudad en 209 aC por parte del general romano Publio Cornelio Escipión “el Africano” (236-183 aC), tras un largo sitio, rebautizándola como Carthago Nova y quedando enmarcada administrativamente en la provincia de Hispania Citerior.

Aníbal. Museo Arqueológico Nacional, Nápoles. © Phaidon Verlag


Polibio nos relata la batalla entre cartagineses y romanos por la ciudad:

Una vez que hubo ordenado en secreto a C. Lelio, comandante de la escuadra y el único que sabía su propósito, que dirigiese el rumbo hacia Carthago Nova, él, a la cabeza de sus tropas de tierra, compuestas de veinticinco mil infantes y dos mil quinientos caballos, se puso en mancha a largas jornadas. A los siete días de camino llegó a la ciudad y acampó al lado del Septentrión. Por detrás del campamento hizo tirar dos fosos y dos trincheras de mar a mar, y por delante, mirando a la ciudad, lo dejó sin defensa, porque la misma naturaleza del terreno le ponía bastante a cubierto de todo insulto.

Escipión. Museo Arqueológico Nacional, Nápoles. © M. Hermoso Cuesta


Una vez que llegó la escuadra al tiempo oportuno, Escipión reunió sus tropas y empezó a animarlas, valiéndose para esto no de otras razones que las que a él mismo le habían persuadido. Después de haberles hecho ver que la empresa era posible, y haberles mostrado en pocas palabras los perjuicios que se seguirían de su buen éxito a los cartagineses y ventajas a los romanos, prometió coronas de oro a los que primero montasen el muro, ofreció los premios acostumbrados a los que se distinguiesen, y, por último, dijo que Neptuno se le había aparecido en sueños desde el principio, le había inspirado este pensamiento y le había ofrecido que le asistiría tan visiblemente en lo crítico del lance, que todo el ejército conocería los efectos de su presencia. Las razones que expuso en la arenga, las sólidas reflexiones con que las mezcló, las promesas de las coronas de oro, y sobre todo la providencia del dios, inspiraron en los soldados un extraordinario ardor y alegría.

Monedas griegas, púnicas e ibéricas. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal Martínez


Al día siguiente, después de provista la escuadra de todo género de tiros, dio orden a Lelio, que la mandaba, para que bloquease la ciudad por el lado del mar. Él por tierra, elegidos dos mil hombres, los más esforzados, para que apoyasen a los que llevaban las escalas, emprendió el asedio a la tercera hora del día. Magón, gobernador que era de la ciudad, dividió los mil hombres que tenía, dejó la mitad en la ciudadela, y apostó el resto en la colina que está al Oriente. Dos mil ciudadanos, los más robustos, a quienes proveyó de las armas que había en la plaza, fueron situados en la puerta que conducía por el istmo al campo enemigo. Los restantes tuvieron orden de acudir como pudiesen a cualquier parte del muro que fuese necesario. Lo mismo fue dar Escipión la señal con las trompetas para el ataque, que sacar Magón los dos mil hombres que guardaban la puerta, persuadido a que aterraría al contrario y frustraría del todo su propósito. Estas tropas dieron con valor sobre los romanos, que estaban formados en batalla sobre el istmo. Se trabó un atroz combate y una terca emulación por ambas partes, animando tanto los del campo como los de la ciudad cada uno a los suyos. Pero los refuerzos que acudían no obraban igual efecto. Los de los cartagineses no podían salir sino por una puerta, y tenían que andar casi dos estadios hasta el campo de batalla; por el contrario, los de los romanos estaban a la mano y podían venir por muchas partes, lo que hacía desigual el combate. Escipión de propósito había formado los suyos al pie del mismo campo, a fin de atraer al enemigo a la mayor distancia. Estaba bien seguro que una vez deshechos estos que eran como la flor de los ciudadanos, se llenaría de confusión toda la ciudad y ninguno de los sitiados se atrevería a salir por la puerta. Sin embargo, como por una y otra parte peleaban tropas escogidas, estuvo por un rato neutral la batalla; pero finalmente, rechazados los cartagineses con los poderosos refuerzos que acudían desde el campo, tuvieron que volver la espalda. Muchos murieron en el campo de batalla y en la retirada, pero los más se atropellaron unos a otros a la entrada de la puerta. Este accidente consternó tanto a todo el vecindario, que aun los que guarnecían la muralla desampararon sus puestos, y poco faltó para que los romanos no entrasen en tropel con los que huían, aunque aseguraron al muro las escalas sin peligro.

Cartagena en la actualidad vista desde la entrada al puerto. La colina visible en el centro es la conocida en la antigüedad como de Asklepios, la de la derecha la de Ares. © R. Benzal Martínez


Escipión estuvo presente en el combate, pero con el resguardo posible de su persona. Llevaba consigo tres soldados armados, los cuales cubriéndole y defendiéndole con sus broqueles de los tiros que venían del muro, procuraban su seguridad. Así unas veces dejándose ver en los costados, otra sobre los lugares eminentes, contribuía infinito al buen éxito del combate. Porque al paso que veía lo que sucedía, y era visto de todos, inspiraba ardor en los combatientes. De aquí provenía que nada era omitido de cuanto podía conducir para el caso; por el contrario, lo mismo era presentar la ocasión algún proyecto, que al momento era efectuado como convenía. Los primeros que intentaron con osadía subir por las escalas, no tuvieron que sufrir tanto de la multitud de defensores al aproximarse, como de la altura de los muros. Los que coronaban las murallas conocieron bien la incomodidad que ésta causaba a los romanos, y eso mismo les infundió más aliento. Efectivamente, como las escalas eran altas y subían muchos a un tiempo, algunas se hacían pedazos. En otras sucedía que después de estar arriba los primeros, la misma elevación les hacía perder la vista, y si a esto se añadía el más leve impulso de los defensores, venían rodando por la escalera abajo. Si se arrojaba por las almenas alguna viga o cosa semejante, entonces todos a un tiempo eran derribados y estrellados contra el suelo. A pesar de estos obstáculos, nada era bastante a contener el ímpetu y vigor de los romanos; al contrario, derribados los primeros, subían a ocupar su lugar los inmediatos; hasta que ya entrado el día, y fatigada la tropa con el trabajo, el general mandó tocar a retirada.

Mapa batalla de Qart Hadasht. © galeon.com

Con esto los sitiados se alegraron muchísimo, creyendo que ya habían alejado el peligro. Pero Escipión, que ya estaba aguardando el tiempo del reflujo, tenía dispuestos quinientos hombres con escalas por el lado del estero. En la puerta de tierra y frente del istmo había puesto tropas de refresco, y después de exhortadas les había dado más escalas que antes, para que a un tiempo se montase el muro por todas partes. Lo mismo fue darse la señal de acometer, y aplicarse al muro las escalas para subir con intrepidez por todas partes, que todo fue confusión y alboroto dentro de la ciudad. Ya se creían libres del infortunio, cuando he aquí nuevo peligro y nuevo ataque, que junto con la falta de tiros y el desaliento que les causaba tanto número de muertos, les puso en un gran conflicto, bien que se defendieron lo mejor que pudieron. En lo recio del combate de la escalada llegó el reflujo. Las aguas fueron dejando en seco poco a poco las orillas del estero, pero congregadas en la boca salían con ímpetu al mar contiguo, de suerte que los que ignoraban la causa, tenían por increíble este fenómeno. Escipión entonces, que ya tenía dispuestas las guías, ordena entrar por la laguna sin recelo a los que ya estaban prevenidos para esta acción. Entre otras dotes, no parece sino que la naturaleza la había criado especialmente para inspirar ardor e impresionar de los mismos afectos a los que exhortaba. La tropa obedece, se pone en marcha con emulación por el pantano, y se persuade que esto es efecto de alguna providencia divina. Efectivamente, acordándose de lo que Escipión les había dicho en la arenga de Neptuno y de su asistencia, se inflamó tanto su espíritu, que hecha la testudo, arremeten contra la puerta, e intentan por fuera hacerla pedazos con hachas y azuelas. Los que iban andando por el pantano, como hallaron desiertas las almenas, no sólo aplicaron las escalas sin peligro, sino que subieron y se apoderaron del muro sin sacar la espada. Estaban tan ocupados los sitiados en la conservación de otros puestos, particularmente del istmo y de la puerta contigua; era tan inesperado el caso de que el enemigo se acercase a la muralla por el lado del estero; y sobre todo, era tan excesivo el griterío y confuso tropel del populacho, que ni entender ni ver podían lo que pedía la urgencia.

Apoderados del muro los romanos, sin dilación discurrieron por todas partes a fin de llamar la atención del contrario, para lo cual les sirvió muchísimo su modo de armarse. Una vez que estuvieron en la puerta, bajaron unos a romper los cerrojos, y penetraron en la ciudad los que se hallaban fuera. Los que por el lado del istmo intentaban subir por las escalas, vencidos los defensores, atacaron las almenas. De esta forma fue ocupada por último toda la muralla. Los que entraron por la puerta tomaron la colina de parte del Oriente, después de desalojados los que la guarnecían Escipión, cuando ya le pareció que habían entrado los suficientes, destacó la mayor parte contra los vecinos según costumbre, con orden de matar a cuantos encontrasen, sin dar cuartel a ninguno ni distraerse con el saqueo, antes que se diese la señal. En mi opinión, obran así por infundir terror. Por eso se ha visto muchas veces que los romanos en la toma de las ciudades, no sólo quitan la vida a los hombres, sino que abren en canal los perros, y hacen trozos los demás animales; costumbre que en especial  observaron entonces, por el gran número que habían capturado. Después Escipión se dirigió con mil hombres a la ciudadela. A su llegada, Magón intentó por el pronto ponerse en defensa; pero considerando después que la ciudad estaba ya enteramente tomada, pidió seguridad para su persona, y entregó la ciudadela. Tomada ésta, se dio la señal para que cesase la carnicería y se entregaron al saqueo. Llegada la noche permanecieron en el campamento los que tenían esta orden. El general con los mil pasó la noche en la ciudadela. A los demás se dio orden, por medio de los tribunos, para que saliesen de las casas, y reunido en la plaza todo el botín que se había conseguido, hiciesen allí la guardia por cohortes. Se trajo del campamento a los flecheros y se les apostó en la colina que estaba al Oriente. De este modo se apoderaron los romanos de Carthago Nova en Hispania.

Tras la conquista, debido a su puerto estratégico y a la gran cantidad de minerales, Carthago Nova se convirtió en uno de los principales centros romanos en Hispania.

Maqueta puerto romano. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal Martínez


Monedas con iconografía naval. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal Martínez


Además había abundante producción de esparto, entonces de gran importancia estratégica, y de garum, del que fue uno de los principales puertos de producción  y exportación. El garo es una salsa hecha de vísceras fermentadas de pescado por aquel entonces muy popular en las capas altas de la sociedad. Se cree que los romanos emplearon el garo de forma semejante a como hoy en día emplean las cocinas asiáticas la salsa de soja.

Plano de Carthago Nova en el s.I dC. © Museo Arqueológico Municipal de Cartagena


No está clara la fecha en que la ciudad recibe el título de colonia, habiendo barajado distintas fechas desde los años 50 aC hasta los casi el final de la República, con bastantes autores eligiendo como probable el 46 aC por parte de Julio César, cuando visita la ciudad y pasa a llamarse Colonia Vrbs Iulia Nova Carthago (CVINC). Con la reorganización de Augusto queda englobada en la provincia Hispania Tarraconensis. De época republicana, y sobre todo imperial, son la mayoría de restos arqueológicos de la ciudad.

Rendición en 3D de Carthago Nova en época romana.


Pasamos a describir algunos de los mejores restos de época romana que pueden visitarse en la ciudad.

El barrio del Foro Romano se encontraba en la colina conocida como arx Hasdrubalis. Del mismo sobrevive una manzana completa, con un edificio religioso del s.I aC y un complejo termal del s.I dC.

El edificio religioso, denominado del Atrio, pudo dedicarse a celebrar banquetes rituales en honor de dioses de origen oriental, como Isis o Serapis, que pudieron tener un templo anexo.

Edificio del Atrio. © Cartagena Puerto de Culturas


El complejo termal presentaba una entrada o peristilo y constaba de las estancias típicas de  frigidarium, tepidarium y  caldarium, según la temperatura del agua.

Detalle peristilo Termas. © Cartagena Puerto de Culturas


La Casa de la Fortuna alberga los restos de una vivienda romana datada a finales del s.I aC, y reformada un siglo después. Era de un tamaño considerable, más de 200 m2, por lo que se supone perteneció a una familia adinerada, destacando las pinturas murales y mosaicos.

Calzada frente a la Casa de la Fortuna. © R. Benzal Martínez


La vivienda se organizaba entorno a un atrio que servía como distribuidor y vestíbulo. Alrededor se localizaban el resto de estancias: los cubicula o dormitorios, el triclinium para los banquetes, el tablinum o sala de representación, el hortus o jardín, y una zona de servicios, posiblemente un baño. Los mosaicos presentan decoraciones de rombos y esvásticas y de las pinturas sobresalen elementos decorativos como cornucopias con cisne, candelabros, sátiros, granadas o flores.

Detalle pinturas en la Casa de la Fortuna. © Cartagena Puerto de Culturas


El Augusteum se localizaba en el centro de la ciudad, cerca del Foro, y data de los s.I-II dC. En él se reunían los sacerdotes para rendir culto al emperador Augusto. El acceso al templo se hacía a través de un patio porticado, y ya desde la misma entrada el visitante vislumbraría la escultura del emperador custodiada en la sala o cella. Esta sala quedaría flanqueada por dos pequeños ninfeos (estanques-fuentes) que seguramente estarían decorados en el interior por esculturas. El conjunto se completaba con otras habitaciones secundarias, de servicio o de paso.

Detalle del pórtico del Augusteum. © R. Benzal Martínez


Pórtico de ingreso y aula central del Augusteum. © R. Benzal Martínez


Destaca su gran riqueza decorativa, con mármoles revistiendo suelos y paredes, que fueron traídos de las mejores canteras del imperio romano: Italia, Grecia, Túnez. A esto hay que añadir las antefijas, piezas que decoraban el tejado, y que recogen símbolos alusivos al emperador: su horóscopo, el Capricornio, y la figura de nike o victoria del emperador en la batalla de Actium.

Detalle de la decoración del Augusteum. © R. Benzal Martínez

Estatua Herma del Augusteum. © R. Benzal Martínez


El Teatro Romano de Carthago Nova, datado en el s.I aC, era un imponente edificio formado por tres partes: cavea o grada, escenario y pórtico.

Maqueta reconstrucción del Teatro Romano. © R. Benzal Martínez



La primera, con capacidad para 6 000 espectadores, estaba articulada en tres sectores: ima, media y summa cavea. Las clases más bajas, los soldados y hombres libres se sentaban en la media y summa cavea, accediendo a través de vomitorios o entradas abiertas en las gradas.


Maqueta reconstrucción del Teatro Romano. © R. Benzal Martínez


La ima cavea se reservaba a las clases privilegiadas, su acceso se realizaba por dos pasillos laterales sobre cuyas puertas de entrada se localizaban dinteles con las dedicatorias a Lucio y Cayo César, hijos de Julia, la única hija de Augusto, y del general Agripa, que posteriormente fueron adoptados por Augusto.

Dedicatoria a Cayo César. Museo del Teatro Romano, Cartagena. © R. Benzal Martínez


Desde estos corredores laterales se accedía también a la orchestra, espacio semicircular donde se situaban en tres filas los asientos de honor (proedria) reservados a las autoridades. Delante, el escenario y su scaenae frons o frente escénico de 14,60 metros de altura en el que la utilización de distintos materiales provocaría un juego cromático. En la parte posterior se desarrollaba el porticus post scaenae, articulado con una doble galería porticada entorno a un jardín central. Del programa decorativo destacan los tres altares dedicados a la Triada Capitolina: Júpiter, Minerva y Juno.

Altares dedicados a la Tríada Capitolina. Museo del Teatro Romano, Cartagena. © R. Benzal Martínez


Detalle del altar de Júpiter. Museo del Teatro Romano, Cartagena. © R. Benzal Martínez


Detalle del altar de Minerva. Museo del Teatro Romano, Cartagena. © R. Benzal Martínez


Una puesta en valor espectacular permite recorrer, desde el puerto, un museo con los hallazgos encontrados, para al final salir al magnífico teatro.

Objetos de vidrio encontrados en las excavaciones del Teatro Romano. Museo del Teatro Romano, Cartagena. © R. Benzal Martínez


El yacimiento del teatro permaneció oculto durante siglos, y solo en los años 90, durante unas obras, se pudo localizar, aunque se tardó un par de años en descubrir que se trataba del teatro. La ciudad había crecido ininterrumpidamente sobre el mismo, en un lugar que había estado siempre habitado de época antigua. Se puede ver que la Catedral Vieja, de origen medieval,  se edificó sobre parte del mismo.



Vista del Teatro Romano y la Catedral Vieja. © R. Benzal Martínez



Detalle de la reconstrucción parcial del escenario. © R. Benzal Martínez



Vista del graderío. © R. Benzal Martínez



A lo largo de los siglos, algunos elementos constructivos habían sido reutilizados, como se puede ver en la siguiente foto que algunas columnas del escenario son ahora parte integral del graderío.

Columnas reutilizadas en época antigua. © R. Benzal Martínez


Para finalizar con los restos de la ciudad, el ARQVA, o Museo Nacional de Arqueología Subacuática, ofrece una visión general de la historia de España a través de recreaciones y objetos recuperados del mar a lo largo del mundo, todos ellos relacionados con España y muchos con conexión directa con la zona de influencia de Cartagena. A lo largo de este estudio se ofrecen numerosas fotos tomadas de su colección permanente.

Entrada al ARQVA. Cartagena. © R. Benzal Martínez


Área expositiva fenicia. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal Martínez


Epígrafe romano altoimperial. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal Martínez


Desde el final de la II Guerra Púnica hasta mediados del s.I aC la ciudad no acuñó ninguna emisión, y a partir de esa fecha, durante el periodo de máximo esplendor de la ciudad como visto arriba con la multitud de monumentos erigidos, la ciudad tuvo durante casi un siglo una ceca de producción de moneda provincial, caracterizada por el carácter local de las emisiones, desde el final de la República hasta Calígula. Por volumen, Carthago Nova fue la cuarta de entre las ciudades que acuñaron moneda en Hispania, superada solamente por Caesaraugusta (Zaragoza), Emerita (Mérida) y Tarraco (Tarragona).

En las colonias y municipios hispano-romanos los responsables de las acuñaciones monetarias eran, en la mayor parte de los casos, los máximos magistrados locales, ya que estas emisiones no eran continuas ni regulares, por lo que no era necesario un puesto específico para su control. Estos se llamaban duumviri (IIviri).

La mayoría de las acuñaciones se realiza en los años quinquenales, por los IIviri quinquenales, algo no habitual en el resto de ciudades de Hispania, por lo que el taller estaría inactivo en el intervalo de tiempo entre emisiones. Se cree por lo tanto que los talleres, o por lo menos los grabadores de cuños, fueron itinerantes, desplazándose allí donde se requerían sus servicios.

Sobre la organización interna del taller, debido al carácter esporádico y al relativamente poco volumen de las emisiones, el taller debió estar formado solo por un equipo de acuñación; el estudio del enlace de cuños indica también la presencia de un único yunque.

Monedas republicanas. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal Martínez


A grandes rasgos, como veremos más abajo, las primeras acuñaciones, correspondientes a la república y al principio del reinado de Augusto, son de escasa calidad, con tipos de poco relieve y cospeles irregulares, además de presentar con frecuencia rotura de cuños. En cambio, a medida que avanzan los reinados de Augusto, Tiberio y Calígula, se alcanza una mayor calidad artística y técnica.

Metrológicamente, la lex Papiria y la reforma de Augusto definen el patrón de las monedas de Carthago Nova. En el año 91-90 aC la ley Papiria estableció el patrón semiuncial, con un peso teórico de 13.53g, que si bien no se empleó en gran volumen en Roma debido a la poca emisión de moneda de bronce por aquella época, sí que afectó a las emisiones provinciales.

Con la reforma de Augusto el nuevo patrón metrológico le daba al as un peso de 11g, estableciendo valores de sestercios (4 ases) y dupondios (2 ases) de oricalco, y ases, semis (medio as) y cuadrantes (un cuarto de as) de cobre.

Si bien tienen constantes altibajos en el peso medio, las emisiones de Carthago Nova no presentan dificultades de identificación a partir de los patrones explicados.

Monedas imperiales. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal Martínez


Al igual que con las emisiones hispano-cartaginesas, la localización de algunas acuñaciones romanas a una ceca en concreto no ha podido establecerse a ciencia cierta; en el caso de Carthago Nova esto es debido a que hasta Tiberio no se graba el nombre de la ciudad en las mismas, aunque en la actualidad hay un consenso general sobre las mismas. Llorens divide las acuñaciones latinas de Carthago Nova en cuatro grupos:

El primero, las acuñaciones republicanas, fechadas normalmente del 47 al 27 aC, y caracterizadas por tipos tomados de los prototipos romanos, con alusiones al asentamiento de veteranos e inmigrantes itálicos. Está compuesto por siete emisiones distintas, ordenadas por los nombres de los magistrados que las controlaban. La denominación de mayor valor acuñada anteriormente al 27 aC fue el semis, complementado con cuadrantes en algunas emisiones.

Emisión I. I.P. Atelius y L. Fabricius. Formada únicamente por un semis.

© Dvca


Semis, 57 aC. ~6g
Anv/ L FABRIC en cartela.
Rev/ Serpiente, alrededor L ATE(LIV).
RPC I/146

Emisión II. Helvius Pollio y Albinus. Consta de semis y cuadrante.

© Dvca


Semis, 47 aC. ~5g
Anv/ Cabeza femenina velada, alrededor HELL POLLIO ALBINVS II Q(V).
Rev/ Trofeo militar, SABINVS CM IMP.
RPC I/149

Se cree que el anverso de esta emisión está tomado del denario republicano de la gens Aemilia:

Denario Aemilia. Roma, 63 aC. 3.78g. Anv. Concordia, rev. Aemilius Paullus con trofeo y cautivos. RRC 415/1. Colección VENVS. © R. Benzal Martínez


© Dvca


Cuadrante, 47 aC. 2.8g
Anv/ Serpiente a d., debajo HELL POLLI P QVIN.
Rev/ ALBINVS P QVIN.
RPC I/150

Emisión III. C. Caedius y T. Popillius. Compuesta por semis y cuadrante. Esta emisión presenta la particularidad de comunicar la importancia económica de la ciudad con un tipo puramente local.

© Dvca


Semis, 45 aC. ~5g
Anv/ Delfín a d., arriba C CAEDI, debajo T POPILI.
Rev/ Palma, arriba P VIR, abajo QVIN.
RPC I/147

© Dvca


Cuadrante, 45 aC. 3.5g
Anv/ Proa de nave, CA ED a ambos lados.
Rev/ Ancla, PO PI a ambos lados.
RPC I/148

Emisión IV. No menciona magistrados y consta solamente de un semis.

© R. Benzal Martínez. Colección VENVS.


Semis, 42 aC. 5.60g.
Anv/ Cabeza de Minerva (?) a d.
Rev/ Estatua a i. sobre pedestal. (CV) IN a ambos lados.
RPC I/151.

El anverso de esta emisión pudo estar tomado bien del denario republicano de la gens Vibia:

Denario Vibia. Roma, 42 aC. 3.99g. Anv. Minerva, rev. Hércules. RRC 494/38. © Hess Divo (subasta 314, lote 1485)


o bien de este otro de la gens Considia:

Denario Considia. Roma, 46 aC. 3.94g. Anv. Minerva, rev. Victoria en cuadriga. RRC 465/5. © British Museum


Emisión V. L. Iunius y L. Acilius. Formada por semis y cuadrantes.

© Dvca


Semis, 40-37 aC. ~6g
Anv/ Águila de frente mirando a i. sobre haz de rayos; lituus a la d.  Alrededor, L IVNIVS P VIR QVN(Q) AVG(VR).
Rev/ Objetos sacerdotales: patera, capis y lituus; alrededor, L ACILIVS P VIR QVN(Q) AVG(VR).
RPC I/152

Se cree que el anverso de esta emisión está tomado bien del denario republicano de la gens Plaetoria:

Denario Plaetoria. Roma, 67 aC. 3.97g. Anv. Busto con los atributos de Minerva, Apolo, Isis , Diana y Victoria, rev. águila sobre rayos. RRC 409/1. NAC 73, lote 138. © NAC


o bien de este otro de la gens Cassia:

Denario Cassia. Roma, 55 aC. 3.94g. Anv. Genio del Pueblo Romano, rev. águila sobre rayos con lituus y jarra. RRC 428/3. Colección VENVS. © R. Benzal Martínez


© Dvca


Cuadrante, 40-37 aC. 2.8g
Anv/ Jarra, alrededor L IVNIVS.
Rev/ Patera y lituus, alrededor L ACILIVS.
RPC I/153

Emisión VI. C. Maecius y L. Acilius. Compuesta únicamente por un semis.

© Dvca


Semis, 32 aC. 6.1g
Anv/ Vexillum, alrededor C MAEQIVS QVINQ.
Rev/ Estandarte con águila legionaria, alrededor, L ACILIVS P VIR QVINQ.
RPC I/154

Emisión VII. L. Appuleius Rufus y C. Maecius. Consta de semis y cuadrante.

© Martí Hervera & Soler y Llach (subasta 60, lote 2151)


Semis, 28-27 aC. 3.90g
Anv/ Insignias y águila legionarias, alrededor (QVINQ) L APPVL.
Rev/ Galera, C MAECI QVINQ.
RPC I/155

Este tipo está directamente ligado al denario legionario de Marco Antonio:

Denario Marco Antonio. Patrás, 32-31 aC. 3.42g. Anv. Galera, rev. águila legionaria entre estandartes. RRC 544/26. Colección VENVS © R. Benzal Martínez


© Dvca


Cuadrante, 28-27 aC. 2.8g
Anv/ P L APPVLE(I) QVINQ.
Rev/  C MAECI QVINQ.
RPC I/156

Para finalizar el grupo republicano, un último semis y cuadrante que no aparecen en las emisiones de Llorens, pero que debido a los hallazgos y la leyenda de reverso es sin duda de Carthago Nova:

© Martí Hervera & Soler y Llach (subasta 60, lote 2150)


Semis, 50-27 aC. 6.3g
Anv/ Mano a i., arriba CONDVC, abajo MALLEOL.
Rev/ Toro a d., arriba II VIR, abajo QVINQ.
RPC I/158

© Dvca


Cuadrante, 50-27 aC. 3.2g
Anv/ Martillo, arriba COND, abajo MALL.
Rev/ Clipeus, arriba P (VIR), abajo QVINQ.
RPC I/159


El segundo grupo lo forman las emisiones de Augusto, atribuidas a ocho colegios distintos de IIviri quinquenales, del 22 aC al 14 dC. Se acuñaron ases, semis y cuadrantes, con temática predominantemente religiosa o militar.

Emisión VIII. P. Baebius Pollio y C. Aquinus Mella. Consta de un semis.

© Martí Hervera & Soler y Llach (subasta 67, lote 2147)


Semis, 30-17 aC. 7.2g
Anv/ Victoria a d., alrededor P BAEBIVS POLLIO II VIR QVIN.
Rev/ Insignias militares, alrededor C AQVINVS MELLA P VIR QVIN.
RPC I/157

Se supone que el anverso de esta emisión está tomado del denario de Marco Antonio:

Denario Marco Antonio. Cirenaica, 31 aC. 3.78g. Anv. Júpiter Ammón, rev. Victoria a d. RRC 546/2a. Rauch 79, lote 2290. © H.D. Rauch


Emisión IX. Hiberus y C. Lucius. Compuesta por semis y cuadrantes.

© Dvca


Semis, 20-13 aC. ~6g
Anv/ Divinidad fluvial escupiendo agua, HIBERVS P V(IR) QVIN(Q).
Rev/ C LVCI PF P V QVIN.
RPC I/160

© Dvca


Cuadrante, 20-13 aC. 3.52g
Anv/ HIBERVS P V Q.
Rev/ C LVC(I PF) P V QV.
RPC I/161

Emisión X. L. Bennius y Q. Varius Hiberus. Formada por semis y cuadrantes. En los semis algunos autores distinguen entre la cabeza de Augusto y la de Agripa.

© R. Benzal Martínez. Colección VENVS


Semis, 12-11 aC. 4.65g
Anv/ Cabeza de Agripa (?) a d., alrededor M AGRIP QVIN HIBERO PRAE.
Rev/ Trofeo sobre escudos, alrededor L BENNIO PRAEF.
RPC I/164

El reverso de estos semis está estrechamente relacionado con un denario de Emerita:

Denario Augusto. Emerita, 25-23 aC. 3.86g. Anv. Augusto, rev. trofeo sobre escudos. RIC I/4b. The New York Sale 4, lote 339. © The New York Sale


© Dvca


Cuadrante, 12-11 aC. ~3g
Anv/ Palma, alrededor L BENNIO PRAEF.
Rev/ Simpulum, alrededor HIBERO PRAEF.
RPC I/165

Emisión XI. C. Helvius Pollio e Hiberus. Compuesta por un semis.

© Dvca


Semis, 16-6 aC. ~6g
Anv/ Cabeza de Tiberio (?) a d., alrededor TI NERONE QVI C HELVI POLL PR.
Rev/ Elementos sacerdotales: simpulum, aspergillum, hacha y apex; alrededor, HIBERO PRAEF.
RPC I/166

Emisión XII. C. Varus Rufus, Sex. Iulius Pollio. Formada por ases y semis. Esta es la primera emisión de Carthago Nova donde se acuñan ases.

© R. Benzal Martínez. Colección VENVS


As, 2-1 aC. 12.88g
Anv/ Cabeza laureada de Augusto a d., alrededor AVGVSTVS DIVI F.
Rev/ Elementos sacerdotales: símpulo, aspergilo, hacha y ápex; alrededor, C VAR RVF SEX IVL (P)OL II VIR Q.
RPC I/167a

Tanto el reverso de este as como el del semis de la emisión anterior presentan una gran similitud con el conocidísimo denario de Julio César:

Denario Julio César. Roma, 49 aC. 3.64g. Anv. Elefante y serpiente, rev. símbolos pontificales. RRC 443/1. Roma Numismatics 7, lote 957. © Roma Numismatics

© Martí Hervera & Soler y Llach (subasta 67, lote 51)


Semis, 2-1 aC. 5.90g
Anv/ Cabeza laureada de Augusto a d., alrededor AVGVSTVS DIVI F.
Rev/ Elementos sacerdotales: símpulo, aspergilo, hacha y ápex; alrededor, C VAR RVF SEX IVL POL II VIR Q.
RPC I/168

Emisión XIII. Cn. Atellius Ponti y Iuba rex Iubae. Compuesta solo por semis. Con el nombramiento de Iuba como IIvir quinquenal se introduce el símbolo de Isis en las acuñaciones de la ciudad.

© Martí Hervera & Soler y Llach (subasta 66, lote 2184)


Semis, 20 aC – 23 dC. 5.10g
Anv/ Flor de loto, alrededor IVBA REX F II VIR Q.
Rev/ Atributos sacerdotales, (CN) ATELIVS (PONTI II V Q).
RPC I/169

Emisión XIV. Albinus y L. Porcius Capito. Emisión de ases y semis.

© Dvca


As, 4 dC. ~13g
Anv/ Cabeza laureada de Augusto a d., alrededor AVGVSTVS DIVI F.
Rev/ Sacerdote con túnica estante de frente, con símpulo y rama; alrededor, M POSTVM ALBIN L PORC CAPIT P VIR Q.
RPC I/170

© Martí Hervera & Soler y Llach (subasta 59, lote 2093)


Semis, 4 dC. 7g
Anv/ Cabeza laureada de Augusto a d., alrededor AVGVSTVS DIVI F.
Rev/ Sacerdote con túnica estante de frente, con símpulo y rama; alrededor, M POSTVM ALBIN L PORC CAPIT P VIR Q.
RPC I/171

Emisión XV. C. Laetilius Apalus y rex Ptolemaeus. Formada únicamente por semis.

© R. Benzal Martínez. Colección VENVS


Semis, 2-14 dC. 4.48g
Anv/ Cabeza de Augusto a i., alrededor AVGVSTVS DIVI F.
Rev/ Diadema o corona; dentro, REX PTOL; alrededor, C LAETILIVS APALVS V Q.
RPC I/173


El tercer grupo lo forman las emisiones de Tiberio, fechadas del 17 al 34 dC, en las que el nombre de la ciudad aparece por primera vez de forma regular facilitando su identificación. Durante este reinado se acuñaron tres emisiones, dos de IIviri y una tercera del futuro emperador Calígula, que fue pues nombrado IIvir quinquenal de Carthago Nova. Se acuñaron ases, semis y cuadrantes.

Emisión XVI. P. Turullius y M. Postumius Albinus. Formada por semis y cuadrante.

© Dvca


Semis, 17-24 dC. ~6g
Anv/ Cuadriga a i., vexillum delante; arriba, (P) TVRVLL (IO) VINK; abajo, P VIR QVINQ (V) ITER.
Rev/ Templo tetrástilo con AVGVSTO inscrito en arquitrave; VI NK a ambos lados; alrededor, POSTV(M) ALBIN(VS) P VIR QVINQ (V) ITER.
RPC I/175

© Dvca


Cuadrante, 17-24 dC. ~3g
Anv/ Vexillum entre fasces consulares, V I N K entre ellos; alrededor P TVRV P VIR QVINQ.
Rev/ Elementos sacerdotales, V I N K entre ellos; arriba, ALBIN QVINQ.
RPC I/178

Emisión XVII. Nero y Drusus caesares. Consta de ases y semis.

© Dvca


As, 23-28 dC. 12.44g
Anv/ Cabeza de Tiberio a i., alrededor TI CAESAR DIVI F AVGVSTVS PM.
Rev/ Cabezas enfrentadas de Nerón y Druso, alrededor NERO ET DRVSVS CAESARES QVINK CVINC.
RPC I/179

© Dvca


Semis, 23-28 dC. 7.5g
Anv/ Cabeza de Tiberio a i., alrededor TI CAESAR DIVI F AVGVSTVS PM.
Rev/ Cabezas enfrentadas de Nerón y Druso, alrededor NERO ET DRVSVS CAESARES QVINK CVINC.
RPC I/181

Emisión XVIII. Calígula como IIvir quinquenal. Por primera vez en todas las emisiones de Carthago Nova tenemos ases, semis y cuadrantes.

© The New York Sale (subasta XI, lote 187)


As, 17-34 dC. 12.07g
Anv/ Cabeza laureada de Tiberio a i., alrededor TI CAESAR DIVI AVGVSTVS F PM.
Rev/ Cabeza de Calígula a i., alrededor C CAESAR TI N QVINQ IN  VINK.
RPCI/182

© Martí Hervera & Soler y Llach (subasta 67, lote 2157)


Semis, 17-34 dC. 7.50g
Anv/ Cabeza laureada de Tiberio a i., alrededor TI CAES DIVI AVG F AVG PM.
Rev/ Cabeza de Calígula a i., alrededor C CAESAR TI N QVINQ IN  VINK.
RPC I/183

© Gorny & Mosch (subasta 215, lote 92)


Cuadrante, 17-34 dC. 2.37g
Anv/ Cabeza laureada de Tiberio a i., alrededor TI CAESAR DIVI AVGVS F.
Rev/ Cabeza de Calígula a i., alrededor C CAESAR TI N QVINQ I.
RPC I/184


El cuarto y último grupo corresponde a las acuñaciones de Calígula, con quien se redujo drásticamente el número de cecas en Hispania, probablemente debido a un criterio más político que económico, si bien el proceso se realizó de manera gradual. Una única emisión en este grupo, con fecha 37-38 dC, acuña ases y semis. Sobre el as, hay diferentes opiniones sobre si representa a Cesonia, esposa de Calígula, o a Salus, como parece indicar la leyenda del reverso; además se da la particularidad que Salus era la diosa tutelar de Carthago Nova.

Emisión XIX. Atellius Flaccus y Cn. Pom. Flaccus. Última emisión romana en Carthago Nova, compuesta por as y semis.

© R. Benzal Martínez. Colección VENVS


As, 37-38 dC. 14.76g
Anv/ Cabeza laureada de Calígula a d., alrededor C CAESAR AVG GERMANIC IMP PM TR P COS.
Rev/ Cabeza de Salus (Cesonia?) a d., SAL AVG en campo, alrededor PM CN ATEL FLAC CN POM FLAC P VIR QVINC.
RPC I/185

© Martí Hervera & Soler y Llach (subasta 60, lote 2156)


Semis, 37-38 dC. 5.5g
Anv/ Cabeza laureada de Calígula a d., alrededor C CAESAR AVG GERMANIC IMP PM TR P COS.
Rev/ Cabeza de Salus (Cesonia?) a d., SAL AVG en campo, alrededor CN ATEL FLAC CN POM FLAC P VIR QVINC.
RPC I/186


El estudio de cuños nos hace ver que el semis fue con diferencia la moneda más acuñada en las primeras épocas, para después ser el as con Augusto, Tiberio, y, sobre todo, con Calígula. Los retratos imperiales, por otro lado, presentan semejanzas estilísticas con los de las cecas imperiales de Roma y Lugdunum.
Dentro de las acuñaciones provinciales romanas se ha sugerido como motivo de estas emisiones el afrontar los gastos de funcionamiento de la ciudad, como serían la gestión administrativa, la financiación de espectáculos, o la construcción y reparación de edificios públicos. También se consideran los acontecimientos políticos y militares, y la necesidad de moneda fraccionaria, entre otros.
Debido a los dominios primero cartaginés y luego romano, la ciudad, a diferencia de la mayoría de cecas de la península, no llegó nunca a emitir moneda con leyendas ibéricas.


Con el sucesivo agotamiento de los recursos minerales la ciudad empieza a decaer a partir del s.II dC, centrándose en la producción de garum.
Carthago Nova supo sobreponerse y en la reforma administrativa de Diocleciano a finales del s.IV dC fue nombrada capital de la provincia Hispania Carthaginensis que controlaba buena parte de la península ibérica.

Reforma administrativa de Diocleciano en Hispania. © Asociación Cultural Clunia Sulpicia

El declive continúa durante los siglos siguientes hasta que la ciudad es saqueada por los vándalos en 425 dC. En 461 dC el emperador Mayoriano intenta reconquistar parte del imperio perdido en el norte de África y reúne 45 naves, pero pierde la batalla de Cartagena contra los vándalos frente a las aguas de la ciudad.

Tras la caída del imperio romana la ciudad pasa a poder visigodo, para a mitad del s.VI dC entrar a formar parte del imperio romano oriental tras la conquista del emperador Justiniano I del sur de España. El mismo la bautiza como Cartago Spartaria, capital de la provincia de Spania.

Mapa de Spania en tiempos de Justiniano. © Jarke

Monedas bajo imperiales y del imperio romano oriental. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal Martínez

A lo largo de los siguientes 1 500 años la ciudad pasó multitud de vicisitudes y acontecimientos, entre ellos la conquista árabe y posterior reconquista a manos de Alfonso X, y sobre todo el esplendor marítimo con los Austrias, que quedan fuera del objetivo de este estudio. Una pequeña selección de los mismos que puede verse en la entrada al puerto:

Efemérides históricas ocurridas en Cartagena, en la muralla de Carlos III frente al puerto. © R. Benzal Martínez

Monedas islámicas, castellanas y de los Reyes Católicos. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal Martínez

Monedas de los Austrias y Borbones. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal Martínez

Para finalizar con un toque numismático más moderno de reciente actualidad en Cartagena, aquí dejo otra parte de la colección del ARQVA, incluyendo el primer bloque expuesto al público a finales de año pasado de las ya archiconocidas monedas del navío Nuestra Señora de las Mercedes, fragata de la Armada española botada en La Habana en 1786 e integrante del convoy entre América y España, hundida el 5 de octubre de 1804 en la batalla del Cabo de Santa María, frente a las costas del Algarve portugués, por parte de la Armada británica en época de paz entre ambas naciones, hecho fuertemente criticado por la prensa de aquel país. España declaró la guerra a Gran Bretaña el 14 de Diciembre del mismo año en lo que fue la antesala de la batalla de Trafalgar. Napoleón, que había sido coronado dos semanas antes, vio entonces en España un inesperado aliado contra Gran Bretaña.

Monedas rescatadas del navío Nuestra Señora de las Mercedes. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal Martínez

Monedas de la Mercedes. Detalle monedas sin limpiar. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal Martínez

Monedas de la Mercedes. Detalle reales de a 8 de plata y 8 escudos de oro de Carlos IV. ARQVA, Cartagena. © R. Benzal Martínez


BIBLIOGRAFIA
-         Alfaro Asíns, C. Sylloge Nummorum Graecorum. España. Vol. I. Hispania. Ciudades feno-púnicas. Parte 2: Acuñaciones cartaginesas en Iberia y emisiones ciudadanas (continuación). Madrid, 2004.
-         Cartagena Puerto de Culturas. http://www.cartagenapuertodeculturas.com/
-         Collantes, E. Historia de las cecas de Hispania antigua. Madrid, 1997.
-         Dvca. Las monedas de Cartago Nova. https://www.youtube.com/watch?v=jaypTdDAq8I
-         Lago, J.I. Carthago Nova 209 aC. Primera victoria de Escipión en España. (con ilustraciones de García Pinto, Á.) Guerras y Batallas 62. Almena Editores. Madrid, 2010.
-         Llorens Forcada, María del Mar. La ciudad de Carthago Nova: Las emisiones romanas. Universidad de Murcia. Lérida, 1994.
-         Mapila. Tesorillo: Emisiones hispano-cartaginesas. Cecas en Hispania Tarraconensis. Cecas feno-púnicas y neopúnicas. www.tesorillo.com
-         Polibio de Megalópolis. Historia Universal bajo la República Romana. Libro X, capítulo III. www.elaleph.com
-         Ripollès, P.P. Las acuñaciones provinciales romanas de Hispania. Universidad de Valencia, 2010.
-         Villaronga, L. Las monedas hispano-cartaginesas. Círculo Numismático y Filatélico. Barcelona, 1973.
-         Villaronga, L. Corpus Nummus Hispaniae ante Augusti Aetatem. 2ª ed. J.A.Herrero.  Madrid, 1994.
-        Villaronga, L. & Benages, J. Ancient Coinage of the Iberian Peninsula. Societat Catalana d’Estudis Numismatics. Barcelona, 2011.
-        Wikipedia: Cartagena, Cartago Spartaria, Carthago Nova, Ceca de Carthago Nova, Guerra Púnicas, Hispania Carthaginensis.

Bene valeas.

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